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Sueños Rotos

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Mensaje  Engel Jackocbsob Lun Sep 01, 2008 2:01 am

Bien aqui les dejo mi historia, algunos ya la han leido con el nombre de "Angel o Demonio" ahora le he cambiado el nombre porque no me gustaba, y me quiero dar un tiro ya que hasta este momento me di cuenta que se llamaba igual que el primero capitulo de la historia de Samm... samm lo siento no fue intencional Embarassed.

Bueno ya ni modo lean, espero que les guste y dejenme comentarios... me gusta xD
________________________________________________________________________



Tanto tiempo permanecí hundido en un mundo infinito, la soledad era lo único que me rodeaba…
Busqué desesperadamente mi salida, no soportaba estar más allí, recuerdos, esperanzas, tristezas y sueños me perseguían atormentando mis fantasías, sufría por cosas que no me pertenecían y aún no sabía la razón de mi ser. Cuando tú abriste los ojos, un hueco de luz irrumpió mi oscuridad y dejaste salir lo mejor de mí, ahora, estás desesperadamente perdido sin saber que hacer para detenerme, te has quedado vacío pues yo era parte de ti. No olvido lo que hiciste por mi, ni lo que yo hice por ti, tu eres yo y yo soy tu, juntos formamos una sola alma. Por ahora nos separamos pero esperaré el momento adecuado para regresar; solo quiero disfrutar un poco de lo que me prometiste, sentir el olor de la libertad y la adrenalina de cada nueva aventura. Al final ambos sabremos que solo fui un reflejo, un amargo espejismo…


Sueños Rotos 2u7q60z



1
Dibujo



Llovía.

Era la primera hora de clase; otra larga y tediosa sesión de historia con el señor Lafter; lo único que hacía era pasearse por toda el aula hablando y hablando, nadie se interesaba en poner un poco de atención, ni siquiera yo. Durante cinco minutos había tratado de parecer interesada pero después me fue imposible, el cuaderno que reposaba sobre en mi butaca estaba abierto sobre una tentadora hoja blanca, sin ningún rayón; me resistí un poco por un momento, pero después de mirar por la ventana y ver las gruesas gotas de lluvia caer frenéticamente golpeando el suelo al contacto, perdí todo aquel interés alguno por seguir fingiendo algo que no era. Resignada, tomé mi lapicero entre mis dedos y apoyé la fina puntilla sobre el blanco papel. Comencé a deslizarlo suavemente mientras en mi mente se formaban imágenes.

Una euforia y emoción empezó a correr por mis venas, y de pronto todo aquello que me rodeaba fue desapareciendo lentamente y el ruido de la lluvia se debilitaba… toda mi atención se vio centrada en las imágenes de mi cabeza, mi lapicero y la hoja de mi cuaderno; poco a poco las líneas y rayones fueron tomando forma, primero una silueta masculina realmente atractiva, posteriormente su cabeza sobre el cual se posaba una melena de cabello lacio, un poco largo y con un flequillo disparejo que entre ocultaba naturalmente unos brillantes y lindos ojos, su mirada se comenzó a hacer seductora pero a la vez vacía; después una sonrisa se dibujó con unos delgados labios, era una sonrisa cálida y amable pero a la vez llena de suficiencia; a continuación mi lapicero se dirigió espontáneamente hacia sus hombros y siguió deslizándose rápidamente, añadí unos pequeños detalles y sombras hasta quedar casi completamente satisfecha con el resultado, era una persona tan bella, tan perfecta, pero le faltaba una especie de chispa, sentía su frialdad sobrehumana… le faltaba algo, algo que lo hiciera parecer realmente un humano, algo que no lo distinguiera de mis demás dibujos que si tenían ese algo que le faltaba a este último… no entendía, era la primera vez que me sucedía aquello.

Decepcionada, cerré mi libreta y me erguí recargándome sobre el respaldo de mi butaca; de nuevo todo volvía ante mis ojos: los alumnos a mi alrededor, el profesor Lafter con la misma perorata sobre La Revolución Industrial, incluso el sonido de la lluvia de afuera se intensificaba para mi, pues, al desviar la mirada hacia fuera me di cuenta que el aguacero no había disminuido en absoluto.
Suspiré hondo y parpadeé un par de veces para aclarar las imágenes delante de mí, miré mi reloj de mano y me di cuenta de que solo faltaban quince minutos para que finalizara la clase; puse mí vista al frente y de nuevo volvía a fingir que las causas que había provocado la Revolución Industrial realmente era lo más interesante del mundo.

Un minuto después como si alguien hubiera escuchado mis suplicas internas llamaron a la puerta del salón. El profesor se calló en ese instante y se acomodó las gafas para después voltear a ver quien había osado interrumpir su valiosísima charla. Yo también sentí la curiosidad de conocer a “mi salvador” así que mi mirada se dirigió a la puerta.
Era el prefecto Anderson, apenas podía distinguir su habitual peinado, imitando al de una estrella de un grupo de rock. Hablaba con el profesor Lafter, que parecía ofendido; no era un secreto para nadie que la actitud juvenil de Anderson le perturbaba y ahora menos lo perdonaba por haber interrumpido.

— Ya que más me queda—escuché que dijo resignado el amargado profesor de historia.
El prefecto entró y se paró enfrente de la clase, nos miró y nos dirigió una sonrisa amistosa.

—Buenos días muchachos— dijo animadamente como si nos fuera a comentar un partido de fut ball.

Él nos volvió a sonreír.

—Bueno iré al grano antes de que Lafter termine de ponerse morado— bromeó y una risa general se escuchó por toda el salón de clases mientras el señor Lafter nos miraba amenazadoramente— en fin, hoy les he venido a traer un paquete directo desde Rumania.

Había escuchado atentamente lo que el prefecto había dicho, así como una expresión de asombro por parte de mis compañeros de clase; Anderson se dirigió hacia la puerta y asomó su cabeza hacia fuera, instantes después entró de nuevo seguido de una persona, por primera vez presté verdadera atención, me enderecé sobre mi butaca completamente asombrada, no podía creer lo que mis ojos veían ante mi. Abrí desesperadamente mi cuaderno en la hoja recién utilizada, mis ojos pasaban precipitadamente del dibujo al chico parado en la parte delantera de la clase, por un momento quise pensar que solo era mi imaginación o una simple coincidencia y después desde hacía mucho tiempo, el miedo recorrió cada centímetro de mi cuerpo.

El nos miraba a todos, tenía una expresión seria, ni siquiera se atrevía a sonreír, me detuve a mirar alrededor, todos lo veían expectantes, atónitos, era evidente que su belleza perfecta los había deslumbrado por llamarlo de cierta forma, incluso, el profesor Lafter parecía anonadado.

—Su nombre es Engel—dijo el prefecto después de un prolongado silencio—espero que lo hagan sentir como en casa, parece que es un poco tímido…

Engel no cambió su expresión a pesar del titubeo de Anderson por tratar de quedar bien, no parecía nervioso ni abrumado de que todas las miradas curiosas se dirigieran hacia él, solo mantenía la vista al frente, perdida y no parecía mirar nada en especial.

—Puedes pasar a sentarte —informó Lafter saliendo repentinamente de su ensimismamiento, aunque su tono de voz había abandonado el tono severo.

Di una mirada alrededor y me di cuenta que la única butaca vacía que quedaba era la que estaba delante de mi, mis manos comenzaron a temblar y un sudor frío recorrió discretamente mi frente y el calor de mi cuerpo subía directamente a mis mejillas, no lo pude ver pero estaba casi segura de que me había sonrojado, me agaché fingiendo que estaba mas interesada en mis propios asuntos que en la hermosura del chico nuevo.

—Delante de la señorita Crawford hay un lugar—escuché que decía Lafter y estaba segura de que me había señalado.

Tragué saliva y el calor empezó a aumentar más aún.

Agradecí que los demás siguieran estupefactos mirando a Engel y no prestaran atención a nada más. Decidí arriesgarme y levantar un poco mi vista, lo vi exactamente a él, no pude evitarlo, era como si presenciara a una de mis creaciones tomar vida propia. Se dirigía lentamente caminando de una forma elegante con la mochila colgada al hombro; era alto, delgado y a través de la camisa blanca pude observar que se ocultaban unos formados músculos; el poco viento helado que entraba por la ventana entreabierta despeinaba inocentemente su cabello negro, tenía los ojos grises mas hermosos que jamás haya visto, aunque pude ver en el fondo de ellos algo vacío; intenté controlar mis hormonas respirando lentamente para que mi ritmo cardiaco se controlara, era como observar a un verdadero ángel; se quitó la mochila del hombro y se sentó lentamente al mismo tiempo que ponía su mochila en el regazo. Me eché hacia atrás tratando de mantener una buena distancia, pero aún así percibí su aroma, era inexplicable: fresco y suave, pero también intenso y sentí como si el fuego recorriera mis venas…

Mi corazón se detuvo por unos instantes, pero al momento siguiente fue como si despertara de un largo sueño, volvía a la realidad, como si mi mente y mi cuerpo quisieran resistirse a su elocuencia perfecta; me aclaré ligeramente la garganta, volví mi vista hacia el profesor, se encontraba hablando con el prefecto, milagrosamente sin discutir. Aún quedaban escasos diez minutos de esa clase pero ya no parecía importarle en absoluto. Los demás chicos aún seguían con la vista fija en él, por un momento sentí compasión y pensé que no me gustaría estar en su lugar.

Aquellos fueron los diez minutos mas largos de mi vida, tenía delante al ser perfecto y tenía que controlar mis emociones para no saltar sobre si y que pensara que era una psicópata, recordé algo entonces, abrí mi cuaderno de nuevo y admiré mi dibujo aún sorprendida, no cabía duda, Engel y el chico plasmado en aquel papel eran la misma persona, el mismo ser perfecto.

El timbre que indicaba el fin de aquella clase resonó enseguida, me sobresalté, vi como todos empezaron a guardar sus cosas, y por sus miradas pude adivinar que estaban dispuestos a irrumpir al chico nuevo como cazadores sobre una deliciosa presa. Arranque la hoja de mi cuaderno y la guardé cuidadosamente en una carpeta como si fuera el mapa de un valioso tesoro, y enseguida guardé todo dentro de la mochila.

—Hola… Engel—escuché la voz de Rachel, una chica realmente guapa, con su cabello rubio cayendo como una cascada sobre su espalda y unos exuberantes ojos castaños, era una de las populares de la escuela, pavoneándose por allí siempre flanqueada de su grupito de amigas— espero que te sientas a gusto, mi nombre es Rachel y cuando necesites algo… ya sabes… estoy para ayudarte.

Ella le dirigió una sonrisa coqueta y se pasó un mecho de cabello rubio detrás de la oreja.
Engel alzó la mirada y la vio directamente con esos ojos suyos, Rachel pareció derretirse y su sonrisa se volvió más amplia y venenosa.

—Gracias, pero estoy bien—le respondió Engel fríamente.

Rachel borró su estúpida sonrisa, en ese momento quise echarme a reír, pero traté de contener una carcajada, ella se percató de mi burla interna y volteó a verme retadoramente, me miró de arriba abajo mientras me levantaba de mi butaca, ella se dio la vuelta y se fue sin decir nada. Sonreí dentro de mí y con mi mochila en hombro me dirigí a la salida para ir a mi otra clase, le dirigí una última mirada de curiosidad a Engel, nuestros ojos se encontraron y pude jurar que por un segundo sus delgados labios se había curvado ligeramente formando una leve sonrisa, de pronto mis piernas se volvieron de plomo y me fue mas difícil seguir adelante, puse una gran fuerza de voluntad y salí del aula.

La lluvia había aminorado su intensidad, y ahora solo caía una ligera llovizna, alcé al cielo, unas oscuras y tormentosas nubes grises lo cubrían por completo; respiré hondo y mi mente se despejó de todo lo que tuviera que ver con Engel; el viento helado de aquella mañana golpeaba mi rostro, adoraba sentir aquella brisa fresca herir mis mejillas y el olor a la tierra mojada me relajaba.

Me apresuré para bajar las escaleras y dirigirme a mi clase de Literatura, entonces mientras iba bajando sentí una mano fría, casi congelada aferrarse fuertemente sobre mi muñeca, me giré precipitadamente, casi por instinto para ponerme a la defensiva; cuando giré sobre mis talones mi cara quedó a escasos centímetros de un rostro perfecto.
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Mensaje  Su Broderik Lun Sep 01, 2008 3:05 am

Me encanta....Bueno eso ya lo sabias....
Siguela!(es una orden.)
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Mensaje  Engel Jackocbsob Miér Sep 03, 2008 6:13 am

Me quedé perpleja y me aparté un poco, mi corazón tamborileaba bruscamente queriendo salir de su lugar; me sentía abochornada ante esa situación. Engel me soltó al instante como si hubiera recibido una descarga eléctrica y me miró con cara de enfado y yo a él con expresión confundida.

—Lo siento—se disculpó seriamente, su rostro lucía tenso y sus grises ojos penetraron en los míos— Te he confundido.

—Descuida— vacilé en voz baja clavando la vista en el suelo.

Me observó unos instantes, sentía que sus sombríos ojos me recorrían de arriba abajo, las piernas me temblaban, me habría gustado decir algo, pero, simplemente no pude, sentí mi boca sena y un gran deseo de salir huyendo, él tampoco decían nada, solo estaba allí, parado observando vigilante aferrando fuertemente su mano al tirante de la mochila, a cada segundo que pasaba su rostro se tensaba mas y sus hermosos ojos grises adquirían un semblante serio y severo al igual que sus delgados labios.

— ¿Cuál es tu nombre? —me preguntó con ese mismo tono de voz que había usado con Rachel.


Había estado distraída observándole que no estuve segura si realmente había formulado aquella pregunta o solo era efecto de mi loca imaginación; al momento de escuchar su suave, fría y aterciopelada voz le miré distraída y apenada.

—Perdón… ¿dijiste algo?

Su perfecto rostro se hundió en la ira, aunque lo aparentaba muy bien, pude ver como su mano se aferraba con mas fuerza a la mochila; nuestras miradas se encontraron nuevamente, esta vez, sentí como si miles de pequeñas agujas discernieran por todo mi cuerpo.

—Olvídalo—mustió entre dientes

—Enserio… lo siento, es que estaba distraída—dije suplicante

El me volteó la cara, ofendido, ignorando aquello que había dicho, se dispuso a bajar las escaleras, me lanzó una mirada furtiva y cuando pasó por mi lado me golpeó intencionalmente con su hombro. En ese momento la sangre me hirvió, apreté mis puños y toda muestras de amabilidad y hospitalidad que había deseado tener con él se fugaron de mi mente. Le seguí precipitadamente, no logré alcanzarlo caminaba demasiado rápido; me recargué sobre el barandal de la escalera y le lancé una mirada asesina de la cual se percató al verme de reojo.

— ¡Me caes mal! ¡Espero no tenerte cerca de mi otra vez! —grité como loca, estaba furiosa. — ¡Arrogante lombriz rumana!

Lo vi alejarse del edificio y dirigirse al de enfrente, caminaba rápido, pero aún así no perdía su porte elegante y su hermosura era evidente aún de lejos, al pasar por su lado las chicas quedaban hechizadas por su encanto…

Sacudí precipitadamente mi cabeza, no podía permitirme tener aquellos pensamientos sobre él, era una persona detestable y a pesar de su perfecto aspecto, su dura personalidad lo hacía el ser mas despreciable que había conocido en toda mi vida. Los chicos y chicas que habían visto todo aquello me miraban expectantes con una expresión de pavor, y disimuladamente se alejaban de mí como si fuera un animal peligroso.
Suspiré hondo y bajé los escalones uno por uno con una paciencia infinita, me volví a hundir en mi mundo, un mundo en el cual ya había descartado cualquier sueño estúpido que tuviera que ver con Engel.

— ¡Anne! —Escuché que gritaba una voz muy conocida a la lejanía— ¡Annette!

Me paré en medio del patio y busqué a quien me llamaba, entonces, de un grupo de alumnos vi unos brazos extendiéndose de un lado a otro queriendo llamar la atención; una sonrisa iluminó mi rostro y todo sabor amargo que había dejado Engel desapareció por completo. Travis, se acercaba a toda prisa hacia mí y cuando llegó me envolvió en un cálido y mojado abrazo que recibí gustosa; cuando se hubo separado de mi pude admirar una sonrisa radiante en su rostro, y sus tórridos ojos castaños ardían de felicidad, estaba empapado y el agua de lluvia goteaba de unos de sus rizos marrones. Travis era mi mejor amigo, lo conocía desde la niñez y nuestra relación era más que de hermanos.

— ¿Por qué estás empapado? —pregunté de inmediato con curiosidad

—He tenido entrenamiento de futball a la primera hora y como llovía… no pude evitarlo—respondió inocentemente mientras se echaba a reír

Una de las pasiones de Travis, era el futball, sinceramente era un excelente jugador y no le importaban las condiciones en las que jugara, en cuanto entraba al campo era feroz.

—Deberías ir a los vestidores antes de que te resfríes— le advertí como si fuera su madre, pero cuando le volví a ver sabía que no debía arruinarle algún momento especial— bueno y esta felicidad que no te cabe en la cara no creo que sea solo porque te fuiste a bañar como perrito callejero.

El volvió a reír.

—No, claro que no es eso; aunque admito, ya me tocaba baño—bromeó — lo que pasa es que… ¡me han elegido capitán!

— ¿enserio? Oh, Travis, eso es… maravilloso ¡felicidades!

No pude evitar sentirme feliz por él, entonces me lancé de nuevo sobre su cuello y le di otro fuerte abrazo sin importarme el hecho de que estuviera mojado, sabía perfectamente que una de las cosas que mas deseaba Travis era llegar a ser capitán del equipo de futball de la escuela y después de haber puesto su mayor esfuerzo por fin lo había logrado, me sentí tan bien al verlo así que para entonces el mal rato que ese chico nuevo me había hecho pasar se había reducido como una nube de polvo. Empecé a avanzar hacia el otro edificio donde tenía mi otra clase, Travis iba a mi lado contándome con cada detalle sus asombrosas jugadas; yo no entendía mucho de ese deporte, tal vez ni siquiera le encontraba mucho interés a seguir una pelotita por todo el campo, fingí que era algo fenomenal pero cuando terminó de contarme no había entendido mucho de su caló deportivo; debía admitir que nunca había sido buena en deportes, hacía mi mayor esfuerzo siempre, pero sin duda era pésima, tratándose de deporte lo único en lo que destacaba era en la natación, pero aún así, no era algo muy grandioso.

—Como me hubiera gustado estar allí— mustié en voz baja y luego le sonreí para que no captara algo extraño— te prometo, que estaré en tus otros partidos.

—No te preocupes, no es tu culpa el no haber estado— me dijo despreocupado.

Seguimos avanzando y cuando nos paramos frente a la puerta de mi salón su expresión vívida y alegre cambió a desconcierto, arrugó su frente como solía hacerlo cada vez que tenía dudas sobre algún tema.

—Tú eras quien gritaba hace rato… justo después de que terminara la primera hora…

En ese instante sentí como si saltara desde un alto precipicio, de hecho, habría preferido eso antes de confesarle que, efectivamente yo era la frenética desquiciada que gritaba desde las escaleras; me sonrojé y agaché la cabeza, avergonzada me pregunté cuantos mas me habían oído gritarle a Engel. Sentí los dedos fríos de Travis posarse sobre mi barbilla, alzó delicadamente mi rostro hacia su altura, obligándome a verle a los ojos esperando una respuesta inmediata.

—Si… este… fui yo—confesé resignada

— Y esta vez… ¿Quién fue el desafortunado al que quieres asesinar?

Apreté mis puños de solo recordarlo.

—Un idiota chico nuevo que viene de Rumania—bufé mientras me cruzaba de brazos— se cree tan… gran cosa, como para ignorar a todos, pero, prefiero no hablar de eso. Ahora tú te vas a las duchas y yo a clase.

—De acuerdo—asintió él recordando que estaba empapado, se despidió con un beso en mi mejilla y se dio la vuelta—Nos vemos, Anne.

Alcé mi mano agitándola ligeramente, vi como se echaba a correr hacia el gimnasio y luego entré a clase cuando la profesora Parker se acercaba.

La clase de literatura fue casi tan aburrida como la de historia, por un momento quise abrir mi cuaderno y volver a dibujar, pero, una parte de mi temía a que algo extraño sucediera de nuevo; por mas que deseé sacarme a Engel de la cabeza no pude, su perfecto rostro se había grabado en mi mente y su mirada sombría había penetrado tanto que fue imposible olvidarlo…

Después de la clase de Literatura fui a Cálculo y al terminar esa, me reuní en la cafetería con mis amigos, Travis, Della, Andrew y Kat; ellos eran las mejores personas que había conocido, no compartía clases con ninguno, solo con Travis con quien llevaba Química y Cálculo, los otros tres ni siquiera iban en mi curso; Andrew y Della eran un año mayor que Travis y yo, y Kat era un año menor; nunca llegué a entender bien como habíamos terminado tan unidos, realmente era una larga y complicada historia, pero de algo estaba completamente segura: si me dieran a elegir de nuevo, sin pensarlo dos veces los elegiría a ellos.
Mientras estuvimos en la cafetería, les conté sobre Engel, solo había decidido omitir la parte del dibujo, no quería que me empezaran a meter ideas locas en la cabeza, así que decidí solo contar lo primordial, Travis nos dijo que Engel estaba en su clase de Lengua y que sin duda alguna su simple presciencia le causaba escalofríos. Kat también nos habló que una chica muy hermosa había llegado también a su clase y que su comportamiento era similar al de Engel, su nombre era Valerie. Busqué discretamente al chico dentro de la cafetería pero no logré encontrarlo, solo éramos las mismas personas del día anterior, ningún nuevo rostro sobresaliendo de los ya conocidos; cuando me di cuenta de que no había entrado no supe si sentir desilusión o alivio. En mi interior, una lucha constante se debatía entre querer ver de nuevo su perfecto semblante de seriedad y el no querer toparme con él nunca mas, suspiré sin encontrar mi dedición. La mano de Travis sobre mi hombro me devolvió a la realidad, estaba de pie mirándome confuso averiguando si me encontraba bien, aunque no me lo preguntara; di una oleada alrededor y me di cuenta de lo que sus ojos castaños me decían: la siguiente clase está por comenzar. Della, Andrew y Kat ya se habían marchado y yo no me había dado cuenta de ello.

Me despedí de Travis y me dirigí a Lengua, las cosas iban bien, no rastros de la arrogante lombriz rumana; tampoco en las siguientes que fueron Química y Computación.
Entonces otro tedioso día de clases había terminado de nuevo, tan solo eran los primeros días y mi vida ya se estaba volviendo una tediosa rutina de la cual deseaba escapar cuanto antes, en el pasillo me reuní con los demás y nos dirigimos a la salida.

— ¿Tuviste otra clase con el chico nuevo? —me preguntó Kat, su cabello rubio rizado como el de un borrego y sus grandes ojos azules le daban una apariencia tierna, pero en el fondo era todo lo contrario.

—No—dije fingiendo alegría mientras desviaba la mirada hacia el estacionamiento—eso es bueno, significa que no lo veré mas que en las horas de historia, lo cual significa que no cruzaré palabras con él, que felicidad.
No estaba segura si mi respuesta había sonado convincente, para mi no lo había sido, y supuse que para ellos tampoco cuando me vieron de forma extraña y luego rompieron a reír.

Me dirigía hacia mi coche y ellos se despidieron de mí, excepto Travis quien me acompañaba. Los demás se dirigieron al autobús, me desagradaba la idea de que prefirieran ir allí y rechazar mi invitación de llevarlos a casa, pero según ellos no querían desviarme del camino, el único que se iba conmigo era Travis cuando decidía dejar su propio coche en casa, además de que estaba de camino a la mía.
Subimos apresuradamente en mi coche negro, un lujo de cual debía disfrutar, según las palabras de mis amigos, pero, para mi era otro intento de mis padres de comprar el cariño que ellos no tenían tiempo de darme. Tiramos nuestras mochilas en los asientos traseros, escuché extraños ruidos detrás y me di cuenta de que mis cosas se habían esparcido por todas partes.

—Yo las recojo—me informó Travis pasándose al asiento trasero mientras yo encendía el motor.

Salimos del aparcamiento lo mas rápido que fue posible, vi la sonrisa triunfante en el rostro de mi amigo por el retrovisor y un dejo de pánico recorrió mis venas.

— ¿Qué tienes allí? —le pregunté cuando vi sus ojos clavados en mi carpeta

—A si que odias a “la arrogante lombriz rumana” —me dijo burlonamente.

Sacó una hoja de la carpeta y se pasó de un brinco al asiento del copiloto, admiró lo que se encontraba en ella y me pidió una explicación sin borrar su tonta sonrisa pícara acusadora.

—Eso… ¡te he dicho que odio que hurgues en mis cosas! —le grité descontrolada

Las manos me empezaron a temblar sobre el volante, pisé el acelerador y el calor de mi cuerpo aumentó, estaba nerviosa.

—Anne se ha puesto rojita— se burló Travis.

Su tonó de voz fue como el fuego que encendió mi ira; frené sin importarme que el no llevara puesto el cinturón de seguridad, nos detuvimos en medio de la carretera, el impulso de la velocidad y el detenerme de improvisto lo hicieron irse hasta delante golpeándose la frente con el tablero.

— ¿Que te pasa? —me preguntó enfadado mientras se sobaba con la mano izquierda la frente, donde había quedado una graciosa marca roja.

Le arrebate el dibujo de Engel, eché a andar de nuevo el coche, con una mano llevaba el volante y con la otra hice bolita la hoja de papel, abrí la ventanilla y con todo el dolor de mi alma lancé la bola de papel. Vi por espejo como se alejaba a causa del viento que jugueteó con él y minutos después el dibujo de Engel había volado para siempre, perdiéndose de mi vista.

________________________________________________________________________

Fin del capitulo 1, espero les este gustando mi historia xD y pues gracias por tu comentario Su siempre tan linda jejeje Very Happy Besos y gracias por leerme, tambien se aceptan criticas malas y criticas constructivas.
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Mensaje  Sophie Bigelow Miér Sep 03, 2008 11:25 pm

yaaaay!!!
la publicaste ... otra ves!!! Very Happy
yo te digo .. es buena!!
a todos les gusta Razz

hermano!!!
no hablamos desde hace ... 5 dias??
estamos maaal xDD
quiero hablar cntigo pero nunca te encuentro ...
y ahora mi msn se volvio loco ¬¬
bueno ...
cuidate y hablamos pronto
espero q ya aias comprado tu pasaje!
bss ... bye!
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Mensaje  Anne Sáb Sep 06, 2008 1:36 am

esta muy bn!!!!
sigue que cuando tenga tiempo publico una...
tienes talento
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Mensaje  Anne Mar Sep 09, 2008 12:17 am

¡rayos! me acabo de dar cuenta de que se parece a la que yo queria publicar.... Sad
de todas formas la tuya es mucho mejor ¿porque no sigues?
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Mensaje  bella swan Mar Sep 16, 2008 11:34 pm

muy muy genial!!!! xD por cierto... he esperado el post... LOL
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Mensaje  Su Broderik Dom Sep 28, 2008 8:31 pm

Tu sabes que me encanta....
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Mensaje  Engel Jackocbsob Jue Oct 02, 2008 5:31 pm

gracias por sus comentarios ^^

em les aviso que ya no la publicare aqui, pero, si quieren seguir leyendo vayan aqui:

http://demonio-o-angel.blogspot.com/

las espero!! Razz
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Mensaje  Su Broderik Vie Oct 03, 2008 3:26 am

Engel sabes que amo tu historia!
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