Jardín delantero de la mansión

Me canse de discutir, no valía la pena gastar mis energías con esta mujer. Le haría creer que tenía el control de las cosas. Llegamos a una mansión en Los Angeles.
-Qué rayos tengo yo que ver aquí?- le grité. -No entiendo por que los ángeles son tan misteriosos.-

Mis labios se curvaron en una amarga mueca al oír lo que dijo.
- No todos los Ángeles somos iguales, pequeña-suspiré y nos introducimos en la Mansión Wardolf.
Volando y con una Kara todavía insensibilizada, busqué una habitación que pudiese albergar a la chica. Recordé la mecedora y ahí la senté, teniéndola tan paralizada como siempre.
Suspirando de nuevo, me senté junto a ella y esperé a que Nolan llegara... si es que llegaba.

-Bruja, serias tan amable de decirme qué es lo que hago aquí?- dije molesta y estaba perdiendo la paciencia. -No tengo necesidad de venir a donde te revuelcas con tus amantes.-
La mugrosa ángel estaba llegando a mi lista negra, no entendí muy bien que hacia un vampiro con alguien tan detestable como ella.
-Y ya sueltame que no soy tu estúpida marioneta.-

Sin poder hacer nada escuche toda la conversación y cual una muñeca de trapo caí en los poderés del chico. Maldita la vieja ángel de 2000 años de edad, vivía por que todos le tenían miedo. Maldita controladora, pude ver el miedo en los ojos de Nolan y eso me hizo sentir que él era otra marioneta en esta historia. Asentí por él, no quería que lo dañara.
Algo raro en mi, pero mi venganza sería para la loca, pagaría todo lo que me habia hecho.
-No eres un ángel Evanna, eres una basura de criatura que todos odian. Ya entiendo por que ni el cielo te quieren.- dije con mis últimas energias antes de caer bajo el control de Nolan.

Suspiré, no quería verlo a los ojos. Y no por que me cayerá mal, sino por que me vió vulnerable. No pude hacer nada por una vez en mi vida y entonces recordé a Evanna.
-No es tu culpa.- dije sin interés. -Es esa loca... No entiendo por que le haces caso.-
No era de mi incumbencia pero que horror tener que lidiar con alguien asi.

-Solo tú podrías caer en sus babosadas. Pero no te culpo, de seguro te hechizo o alguna porquería de su estilo.- le dije molesta aún. -Perdona mi actitud, tu eres inocente.-
Miré a mi alrededor, explorando lo que me rodeaba. Para ver si encontraba forma de salir de aquí. No me agradaba la idea pero podría paralizar a Nolan de un momento a otro y salir corriendo... o tal vez causar un incendio. Por ahora me comportaría.
-Maté a una niña fríamente.- respondí su pregunta. -Segun ella en su territorio no puedo cazar.... Maldita loca.-

-Lo haré para que no te torture.- dije sonriendo por una vez. -Nadie se merece el trato que esta mujer le da a las criaturas....-
No valía la pena perder mi tiempo hablando sobre ella, lo mejor sería calmarme un poco y tratar de hacernos la semana menos pesada. Así que me llevaría bien con Nolan por ahora. Parecía un buen chico, apuesto y astuto.
-Vengo de Italia, y tú?- respondí a su pregunta. -Interesante poder por cierto, es lo único que puedes hacer?-

-Puedo paralizar a los humanos, vampiros y demás criaturas. Creo fuego con mis manos y soy más rápida que la mayoría de los vampiros.- dije sonriendo. -Cosas que me ayudan de vez en cuando. Por qué te mudaste aquí?-

-Es algo... complicado. Estoy buscando a alguien, alguien que puede ayudarme con cosas del pasado.-
Sin duda este era un lugar donde habia diferentes criaturas al por mayor, pude detectar ángeles, demonios y demás cosas. Pero aún asi estaba buscando a una chica en especial.
-Tengo la esperanza de recibir algunas respuestas de mi trágica vida humana, solo asi podré cambiar lo que soy.- le sonreí.
Después de todo era más que nada la sed de venganza que siempre me envolvía. Y ahora no solo me vengaría de una persona, un ángel estaba en la lista.

-No me asustas Nolan. Al contrario, algo de ti me intriga un poco. Y creo que tu tambien tienes curiosidad por mi oscuro pasado.- le dije sonriendo y caminando un poco más cerca de él. -Pero hay cosas que no se pueden contar, asi que lo siento. En cuanto a cambiar... No estoy muy segura que eso sea lo que me apetece.-
Y en definitiva, no era lo que buscaba, mi mente estaba simplemente fija en la sed de venganza. Quizás no estaba bien, pero no me importaba.
-Lamento si soy la vampira más odiosa que has conocido...- suspiré.