.:Entrada:.

-Si me secuestras... te hare la vida tan imposible que desearas jamas haber hecho eso y decidiras regresarme a como de lugar-susurré en voz baja algo agitada.

Habiamos llegado demasiado rapido, todavia me sentia mareada y de simple milagro no nos habiamos matado, trague saliva y le mire tambie, mi corazon aun estaba agitado.

-Bien... gracias Edward... me la he pasado bien... demasiado bien

Alce una de mis manos y la lleve a su rostro acariciando suavemente su mejilla para sentir una vez mas el frio de su piel... sonrei maliciosamente, y algo en mi mente me gritaba cosas confusas y sin contenerme mas solte una de esas aunque no comprendi muy bien porque lo decia.

-Se que no eres humano.

Me engogi de hombro y sonrei abiertamente.

- No lo se-mencione con tranquilidad, aunque la situacion me pareciera divertida y extraña- pero... se que lo voy a averiguar y cuando lo haga-me dituve y rei ante mis propios pensamientos-normalmente se dice "te matare" pero no me creo capaz de hacerlo, no podria... entonces ya veremos despues que, Amigo.

Me movi un poco alejandome, iba a salir del auto, pero, me regrese y besé su mejila.

-Nos vemos, Edward.

Senti como si mi corazón se detuviera y mis extremidades se quedaron paralizadas, sus frías manos estaban firmente sobre mi cuello, sosteniéndolo, me estremecí al contacto y me di cuenta que estaba oliendo mi cuello, me sentí confundida incapaz de hacer o decir algo. Susurró unas palabras en mi oido y me soltó después.

Me giré lentamente para enfocar su rostro, estaba ofuscada y mis ojos se habían abierto por la impresión.

-A...adios... Edward-dije y salí del auto, me di media vuelta y corrí hacia la puerta principal.

Había sido un gran día, tal vez el mas perfecto de mi vida, me di la vuelta y observé desde la distancia el Aston Martin aunque ya no podía verlo a el, sonreí para mi misma.

Apena me habia despertado, me duche lo mas rapido que pude y de inmediato llame a Edward, deseaba aclarar todo, parecia una locura, algo descabellado. Lo esperé en la sala de estar y tomé aire varias veces para tranquilizarme, caminé de un lado a otro esperando su llegada, no sabría como iba a reaccionar... la casa estaba vacía... y podia escuchar el eco de mis pasos resonando por todo el vestibulo. Entonces escuché que llamaban a la puerta, no habia escuchado ningun coche aparcar ahi enfrente pero eso era lo menos importante; entre el vidrio esmerilado vi una alta y delgada silueta, me acerqué decidida, era extraño, no sentía miedo si no algo muy difernte,. Giré el pomo y abrí lentamente, entonces lo vi tan perfecto y palido como el dia anterior... como en mi pesadilla, esbocé una ligera sonrisa.

-Pasa-le dije en voz baja haciendome a un lado para que entrara.- ¿como estas?

Tragué saliva. Su sonrisa era tan calida que me senti mejor, por lo menos no iba con intenciones de matarme, el era un Edward diferente al de mi sueño, su mirada lo decia todo.

-Bien... igual que ayer tambien... es solo que... ok... ire al grano-vacilé ante mis palabras, no sabía por donde empezar, me dirigí al pie de las escaleras y me senté, le miré a los ojos, dorados... hermosos-ayer te dije que pensaba que no eras humano... pero lo había dicho entre bromas... ahora, creo saber que no fue solo una simple broma... pienso que eres... un vampiro

Mi voz se quebro al mencionar aquello ultimo, aun nisiquiera yo podia creer que estaba diciendo aquello, se escuchaba de la forma mas absurda posible, me senti tonta, pero todo lo que habia pasado... habia dudado tanto antes de hacer aquella llamada definitiva, hasta que al fin me decidi... ahora estaba alli planteando cosas absurdas.

"Si Anne, soy un vampiro"

Esa frase resonó en mi cabeza haciendo ecos y pronunciándoce mas fuerte, mantuve la calma, era lo que esperaba escuchar, bajé la mirada y la clavé en el suelo; en su voz había inquietud, tristeza y frustración a la vez, entendí que no se sentí orgulloso por lo que era.

Su pregunta quedó flotando un par de segundos en el aire, tragué saliva, no estaba segura, en esos momentos todo daba vueltas en mi cabeza, las ideas se juntaban unas con otras, los recuerdos se arremolinaban y se envolvían como volutas de humo.

-No... no estoy segura... fue... como un sueño-entonces sentí como mis mejillas se encendían y escondí mas mi rostro, avergonzada- pero es que fue tan real!-me justifiqué inmediatamente-tu... estabas allí, y me atacabas, me decias lo que eras y... mordías mi cuello para beber mi sangre... despues desperte y todo lo que sucedio ayer encajaba... tus reflejos sobrehumanos... la frialdad gelida de tu piel, la palidez que asemeja al marmol, tu reacción hacia la sangre... y olfateaste mi cuello.

Solte una risilla nerviosa cuando dije eso ultimo.

-Dime Edward ¿hay algo mas que deba saber de ti?

Su frente estaba arrugada, se mostraba preocupado y su voz era suave, intentaba convencerme de algo que yo ya sabía de antemano, quería que yo estuviera completamente segura de que no me haria daño, me volvía hacia él y le sostuve la mirada, ocultaba una tristeza profunda, una agonía que parecía permanente. Su voz también parecía triste, entonces me sentí culpable y fue como si su dolor se volviera mi. Esbocé una tímida sonrisa, y alcé mi mano hasta tocar su mejilla.

-Edward... no te tengo miedo si es lo que estas pensando... se que no me harías daño o al menos no me importa demasiado... no importa que seas un vampiro e intentes beber mi sangre. Lo de la otra noche fue absurdo, fue mas culpa mia que tuya.

Ensanché mas mi sonrisa, quería convencerle de que su estado no me importaba, era una de las pocas personas que con las que había estrechado un extraño lazo en tan poco tiempo, no iba a permitir que nada lo rompiera asi tan facil.

-no quisiera parecer grosera... pero me intriga saber como... es tu vida... ¿es como en las peliculas o los libros? es que... no luces como un vampiro... si hubiera imaginado encontrarme algun dia con uno no tendria tu aspecto... -le confese con sinceridad.

Todo lo que me contaba sobre él y ese fantástico mundo donde existían los vampiros era maravilloso, me había dado cuenta de antemano que él era una clase diferente de vampiro, simplemente su forma de comportarse era distinta.

Lo vi a los ojos y vi ese color oro, ahora que sabia la verdadera razon de porque eran asi sentia algo extraño, pero un alivio de alguna forma inexplicable.

-Y se ponen oscuros cuando tienes sed... -apunte con confianza era mas una afurmacion que una pregunta.

Lo habia visto la noche anterior, sí, habia reflejado en ellos el deseo que habia sentido por mi sangre, me imagine como habria terminado esa noche para mi si Edward hubiese decidido a matarme. Seguí sin apartar mi vista de él, a pesar de la calma en la que se encontraba y de esa sonrisilla cautivadora que estaba en sus labios, en sus ojos, en el fondo se escondia una tristeza, una agonía.

-A caso estas... ¿sufriendo? -le pregunte sin poder evitarlo

-

No podía entender a la perfección a que se refería ya que yo no era un vampiro y no podía saber con certeza acerca de sus sentimientos, pensamientos, era imposible conocer el dolor de alguien cuando no se había experimentado. Pero de alguna manera yo si sabía acerca de sufrimiento aunque no fuese tan similar.

Vacile unos instantes, iba a envolverlo en un abrazo para demostrarle mi apoyo, pero al final me arrepenti y mantuve mis brazos cruzados sobre mi estomago.

-Probablemente asi sea ahora-le dije en voz baja- pero se que algun dia encontraras la verdadera razon de tu existencia, tu destino Edward era vivir "eternamente" hasta llegar a un punto donde tu camino se cruce con la verdad de tu ser...

Pasó su brazo a travez de mi hombro, como si hubiera adivinado lo que yo iba hacer hacía tan solo apenas unos instantes, me estremecí por su piel fria pero me mantuve alli, su abrazo a pesar de todo era agradable, hacia mucho tiempo que nadie me daba uno por ridiculo que pareciera.

Luego, sin separarme de él le sonreí entre ironica y divertida.

-Si de verdad la quieres no le haras daño-le dije despreocupada- Edward eres muchas cosas pero un cobarde no... de eso me he dado cuenta y no vas a dejar que tu "condicion" te limite de ninguna manera, lucha por ella y si alguna vez la tentacion es mas grande... haz que todo lo que sientes por ella sea mucho mas fuerte...

Con una de mis manos tome su barbilla para levantar su rostro.

-Y jamas mires al suelo... -le dije rotundamente clavando mis ojos en los suyos dorados.

[off: siento haber tardado ske staba en examenes]

Me perdí en sus ojos dorados que brillaban haciendo sentir el amor hacia aquella chica a la cual habia llamado por el nombre de Bella, en su mirada suave se notaba la intensidad del amor que sentía, pero la preocupación inundaba sus pupilas; le acaricié la mejilla con uno de mis dedos pulgares.

-No Edward no la lastimarás, deja de atormentarte con ello... solo sufres y te cuesta mas disfrutar de esos momentos maravillosos- lentamente coloqué mi otra mano en su pecho donde se encontraba su corazón silencioso- deja que tu corazón te guíe, que, aunque no late, aún siente, entre mas pase el tiempo será cada vez mas sencillo y cuando menos te des cuenta ya lo habras superado; y si alguien intenta hacerle daño la protegerás como si fuera tu propia existencia, porque ella ya forma parte de ti.

Retiré mi mano de su pecho y tomé la suya para estrecharla fuertemente haciendo pasar mi calor a travez de su gelida piel de granito.

-Yo te ayudaré en todo, lo sabes; pero no se que piense Bella... cada humano tiene una forma de pensar muy distinta, si algun dia tuviera la fortuna de conocer a esa chica podria tal vez tener una idea... -solté una risita y le miré de forma acusadora- saber lo que está en la mente de alguien es imposible... a menos que puedas leer sus... pensamientos

Rodeé sus hombros con uno de mis brazos sin dejar de abrazarla. Le sonreí ante sus caricias. Me encogí de hombros cuando me afirmo que no la lastimaría. No estaba seguro de nada pero si de que la protegería, como también a la joven que estaba entre mis brazos. Ella era alguien ya importante en mi vida.

-Mi corazón muerto dice lo mismo que tu, pero mi mente es la que no concuerda. Necesitare tiempo para reflexionarlo; sabes como son los vampiros…Cien años de ustedes es un día nuestro.-

Sonreí de lado intentando sonar gracioso con esa respuesta pero yo no tenia un pelo de gracia. No me salían bien las bromas y esperaba no haber metido la pata.
Agradecí por dentro su ayuda. Asentí con la cabeza.

-La conocerás y me encargare de que eso se cumpla.-

Su siguiente comentario me dejo perplejo, inmóvil. Ya le había contado todo, era mi amiga y confiaba en ella; pero como tomaría que le confesara mi don? Inspire un poco de aire y continué.

-Anne, puedo leer los pensamientos.-

Miré sus ojos esperando su expresión. Que me lanzaría? No tenia nada a su alcancé pero me esperaba un gran regaño. Todo este tiempo supe lo que pasaba por su cabeza, cada detalle.

-Pero no puedo leérselo a Bella, se me es imposible…-


[Tambien se me complico -.- prometo responder mas seguido ahora ]

Me rodeó con sus hombros, a esas alturas ya me había acostumbrado a que su tacto siempre estuviera tan frío, no me importaba en lo más mínimo incluso resultaba agradable. Entonces hizo un comentario sobre la vida de los vampiros y esbozó una ligera sonrisa, que lo hacía lucir tímido o azorado, me reí junto con él.

-Si... los vampiros son... geniales-murmuré aunque conociéndolo bien diría que me contradeciría.

Entonces miré hacia otra dirección y fue cuando me dijo que podía leer mi mente; dirigí mi vista de nuevo a él, no me sorprendía demasido su respuesta y no sabía porque pero era como si ya hubiera esperado esa respuesta, de nuevo lucía tenso me llevé el dedo índice a mis labios y clavé la vista en el suelo, no sabía que decir, no me era muy agradable que alguien supiera lo que pasaba dentro de mi cabeza a pesar que dentro de ella nunca ocurriera nada interesante.

-Vaya...-dije en voz baja- ahora entiendo tus caras raras de ayer...-me reí y volví para velrle de nuevo- debió ser muy aburrido. Ahora si me dan mas ganas de conocer a Bella, parece que es una persona muy especial... y ¿sabes la razón de porque no puedes leer sus pensamientos?