Todos los posibles significados de la palabra soledad.

Hbía estado caminando toda la mañana, pude haber seguido hasta llegar al polo norte, pero anímicamente estaba devastada. Pateaba piedritas, con las manos metidas en mi gabán café. Definitivamente no iba a regresar a casa, me desesperaba estar encerrada. Encontré una banca y me senté, cruzándome de piernas , viendo desinteresadamente como pasaba la gente

Caminé con paso firme, aun estaba furioso por el incidente con los angeles hacia un momento, si algo no soportaba en el mundo era a ellos, se hacian los inocentes ante todo... fui pisando fuerte y para colmo los humanos no me quitaban la vista de encima, como si no hubieran visto jamas a alguien enojado. Entonces, senti una precencia extraña ahi cerca, no humana, no demoniaca ni angelical, algo diferente, me pare en seco y divise a mi alrededor; me llamo la atencion, segui mi instinto y mis ojos se posaron en una chica sentada en una banca, me llenó la curiosidad, quise saber que era, me acerqué haciendo el mas grande esfuerzo por dibujar una sonrisa amable sobre mi rostro.

-...Hola... disculpa, me podrias decir la hora, por favor-le dije con un dejo de amabilidad, era la excusa mas estupida que se me habia ocurrido en toda mi vida, pero ahora no estaba en condiciones de pensar en nada.

Habían pasado unos idez minutos, cuando un chico que llevaba un paso fuerte y decdido, quién sabe a dónde se quedó mirándome. Fingí sorpresa cuando Volví mi rostro y estaba a pocos pasos de mí. Me quedé estudiando su expresión un momento, pero no la pude descifrar. Saqúé una de las manos de mi gabán y observé el delicado reloj de oro que colgaba de mi muñeca.

- Claro... falta un cuarto para las seis de la tarde- dije alzando la vista. -Supongo que vas tarde a algun sitio- sonreí un poco

Me rei entre dientes y torcí mi sonrisa al mismo tiempo que negaba con la cabeza, me sente a su lado.

-¿puedo? -le dije despues de haberlo hecho, la verdad su respuesta no me importaba aunque me hubiera dicho que no me hubiera quedado allí.- gracias; en realidad tengo demasiado tiempo aún.

Gire mi cabeza para poder encontrarme con su mirada, era profunda, la intriga corria por mis venas, yo queria saber lo que era. Le volvi a sonreir.

- ¿cual... es tu nombre? -quise saber.

Me estaba comportando de una manera exagerada para mi gusto, y esperaba que ella no interpretara mal mi repentino acercamiento.

Incliné un poco la cabeza hacia un lado mientras se sentaba a mi lado -Ehmm claro que puedes- dij manteniendo en mi voz un tono bajo, pero no muy serio.
Solté una sonrisa, al mismo tiempo que él lo hizo. Estudié un momento su expresión, tenía que admitir que su presencia me causaba cierta fasinación, al igual que su mirada.

-Dennisse Doucet, un gusto- dije mientras extendía mi mano derecha hacia él.

Tomé tus delicados desdos y acerqué mis labios al dorso de su mano, la besé y levanté la vista.

-El placer es mio- respondí- Mi nombre es Engel Jackocbsob. No es que me importe demasiado... pero... ¿que hacia una chica como tu tan sola en un "hermoso" dia?

Me quedé observando cada uno de sus movimientos, mantenéndome completamente quieta. Esta vez sentí estremecerme un poco con su mirada. Cerré mi mano y lentamente la metí nuevamente en mi bolsillo.

Miré hacia arriba, estudié un momento el cielo. -Bueno... no sé, su´pongo que decidí salir a.. supongo que a esperar que algo pase-.

Su actitud era seria, en sus ojos dentro de la profundidad de sus iris se reflejaba algo familiar, como si estuviera triste; desvio su vista de la mia y volteo a ver el cielo, la imité.

-¿Que algo pase? ¿como que?

Si yo tambien esperaba que algo pasase, pero sin duda habia demasiada tranquilidad, era ironico, cuando la deseaba no estaba alli, siempre llegaba cuando menos la llamaba.

Me volví rápidamente, para buscar sus ojos una vez mas,estaba segura de que no era un humano, estaba bastante cómoda con el cerca, asi que la posibilidad estaba descartada.

-Bueno... no estoy segura- no mentía, la verdad aún no tenía idea de cómo fuí tan estúpida como para terminar en medio de California.

-Y tu?.., porque andas por la calle como alma errante?- pregunté, ésta vez esmerándome mas por sonreirle.