Una cancion

Sola, desesperada, hundida, sin nada que comer, sin casa, sin algo que me motive a vivir, aqui me encuentro, en las puertas de este lugar. Me sente en el suelo, recargada en la pared, hambrienta y necesitada de amor. Estiraba la mano por si alguien se apiadaba de mi.

No habiendo respuesta alguna, comence a cantar:

"Yo te conjuro así, ay, fiebre de amor,
agua negra del destino, sota de copas de argon,
y puñalitos en la luna de escorpión,
yo te conjuro así, en esta inmensa soledad,
muriendome por el querer, que nadie me da".

Noté una chica necesitada cerca del lugar donde caminaba. Me acerqué lentamente a ella. Ella tenía los ojos cerrados parecía necesitar ayuda, era una noche fría y ella apenas tenía un vestido. Me quité una chaqueta para ponerla alrededor de su cuerpo. Sonreí sentandome a su lado.

-Es una linda voz es que tienes... Me gustaría ayudarte, puedo hacer algo por ti?- dije mirandola cálidamente. -Puedo invitarte a comer si lo deseas.- pregunté pues sus tripas rugieron un poco.

-Gracias, Dios te bendiga- Dije eso, tiritando de frío, pero en cuanto ella me puso su abrigo, sentí su cálido material. Era tan suave, y olia tan bien, que me transporto a otro lugar, a otro momento, despues reaccioné y le dije- Si, quiero comer algo, me muero de hambre.

Era una humana, en tan triste estado. Me pregunté que le habría pasado para que estuviera asi, pero ahora había cosas más importantes que hacer.

-Muy bien, entonces ven. Hay un lugar aquí a la vuelta de la esquina, no es un restaurante muy prestigiado pero podrás comer algo delicioso.- sonreí. -Dejame ayudarte.-

Pusé un brazo a su alrededor pues se veía muy débil. Caminamos el poco trecho que nos llevo al lugar del que le hable. Le ayude a sentarse en una mesa y poco después vinieron a atendernos.

-Pide lo que quieras.-

-De verdad no entiendo por qué me ayudas. No sabes nada de mí- Comence a comer desesperadamente. La sensacion de hambre que tenia era horrible, pero no habia marcha atrás. Necesitaba respirar, pero me encantaba esta comida- Esta deliciosa esta comida, no puedo creer que este comiendo esto- seguia comiendo con hambre atroz.

-Descuida, lo importante ahora es que comas todo lo que desees y que tengas fuerzas para lo demás.- le dije trantando de tranquilizarla. -Te ayudo por que es lo correcto. No me gusta ver sufrir a las personas, asi que haré todo lo necesario para ayudarte.-

La observe comer por un rato, tratando de estudiar cada detalle de su persona. Pero no llegue a saber mucho.

-Me alegra que te guste la comida, sientete libre de pedir más si lo deseas.- sonreí. -Y dime donde vives? Si puedo saber claro.-

- Vivo en la calle, debajo de un puente cerca de aquí- Agaché la mirada- Llevo aquí unos meses. Vengo huyendo de una guerra. La peor que haya vivido en toda mi vida- Solte una lagrima- Y mira, ahora soy una vagabunda, pidiendo limosna.

-Lamento mucho haberte pregunto. Seguramente no tienes intensiones de recordar tan oscuras vivencias.- dije mirandola fijamente y sintiendo una punzada al escuchar que dormía debajo de un puente, cosa que yo no podría permitir más. -No me agrada para nada la idea de que duermas al aire libre... Te gustaría quedarte en mi casa? No esta muy lejos de aquí, pero ahi tendrás todo lo que necesitas para vivir. Entiendo que para ti soy una extraña, pero de verdad me encataría poder ayudarte.-

-No necesito tu lastima- Me levante furiosa de esa mesa. Mi orgullo estaba ante todo. Me aleje de esa chica. Se que pretendia ser buena, pero eso que me dijo, no se, me hizo huir. Me dio muchisimo miedo. Por qué tenia miedo de esa propuesta?

Luego lo pense un momento, esa chica seguia ahi sonriendome. Le hice una propuesta mejor:

-Mejor ayudame a buscar un albergue o algo asi, y ayudame a encontrar trabajo. Yo necesito algo para vivir. No puedo vivir a expensas de un extraño.

No dije nada cuando se paro del lugar, leer su mente me decía todo lo que ella pensaba. No queria presionarla tampoco, asi que permanecí ahí.
Regreso a la mesa al cabo de un rato para proponerme algo.

-Tienes razón y es una propuesta muy razonable... No conosco ningún albergue, sin embargo puedo ayudarte a encontrar algún trabajo. Qué te parecería vivir en mi casa y una vez que empieces a ganar dinero puedes pagarme renta o algo así?- le propuse.

Espere su respuesta pacientemente.

( rol off: perdon por tardar en responder)

-Bien, entonces ayudame en ese aspecto. Prometo que hare lo que sea necesario para salir adelante, pero no quiero nada gratis. - la mire a sus ojos, esos que mostraban paz y tranquilidad- bien, tu decides entonces. A donde me vas a llevar?