.:Sophie:.

Descendi lentamente en el claro de ese espeso bosque, esperaba que ella no me hiciera esperar mucho, pero la espera, tal vez valia la pena, no entendi a que se habia referido en su ultima carta; normalmente era yo quien la visitaba y no ella a mi, me tenía confundido todo ese misterio y solo esperaba que no se le ocurriera nada descabellado.
Toque el suelo y guardé mis alas sintiendo un ligero dolor sobre mi espalda, algo a lo que ya estaba acostumbrado; suspiré profundamente y me recargue sobre el tronco de un arbol, asioso y preocupado por su llegada.

Llevaba volando bastante tiempo. Me encontraba a 300 pies de altura sobre la hermosa ciudad de Los Ángeles, desde donde, a pesar de la distancia, todavía se podía escuchar el eco de las bocinas de los coches. Descendí unos metros. Había quedado de juntarme con mi hermano en un claro en las afueras de la ciudad y ya estaba un poco retrasada. Baje hasta que podía tocas las copas de los árboles con la punta de los dedos y fue en ese momento cuando divise mi destino.



Engel ya se encontraba en el Claro. Su delgada figura se recargaba contra un árbol y tenia aspecto cansado, como si hubiera estado esperando mucho tiempo. Aterricé al extremo contrario del claro de donde estaba el y apenas mis pies tocaron el suelo corrí alegre a su encuentro. Cuando me encontraba a 2 metros de el frene en seco para esperar su reaccion.





OFF: es poquito ... pero estaba apurada ^^

Escuché a la larga distancia el ligero batir de unas alas, no era ninguna ave que se encontraba en la cercanía, el sonido y el movimiento eran diferentes, supe que era ella que se aproximaba a disminuyendo su velocidad mientras mas se acercaba hasta que empezó a descender y juguetear con las copas de los árboles, se detuvo y pisó tierra casi inmediatamente.

Su lindo rostro infantil se iluminó al verme, era tan hermosa cuando sonreía, aunque ahora ya no aparentaba ser realmente una niña, jamás lo había sido. Se detuvo en seco, entonces supe que mi expresión no era prescisamente la que debería, de júbilo ni alegría, inmediatamente dibujé una ligera sonrisa, me alegraba tenerla allí, pero me preocupara que estuviese tan cerca de mi otra familia. Extendí mis brazos en señal de bienvenida y avancé con pasos rápidos hacia donde se había quedado, la abracé y la estreché cálidamente.

-Sophie... me da gusto verte-le dije, con ella no era capaz de ocultar los rastros de la felicidad, ella era la única que me hacía sentir eso- Pequeña, te extrañé... siempre te extraño.

Le pasé una de mis manos por su cabello perfectamente rizado y la despeiné.

Paso su mano por mi pelo despeinándolo un poco. Esa era su marca. Siempre que me abrazaba pasaba sus dedos entre mi pelo como en demostración de cariño. Era lo que diferenciaba a mi hermanito del resto, por lo que no dejaba que nadie más intentara hacer lo mismo. La abrasé con más fuerzas y sonreí contra su pecho.

-yo también te extrañe Engel… necesitaba verte.

Me separo unos centímetros de su cuerpo y me miro interrogante. Yo sabia que no había sido muy clara con el propósito de mi visita en la carta, pero sabia que si le contaba la verdadera razón, que planeaba quedarme un tiempo relativamente largo a vivir en los Ángeles, no me lo iba a permitir y menos si le contaba que mis padres no sabían nada de esto. Me quede mirándolo por unos segundos hasta que el hablo primero.

-Sophie… por que estas aquí? Y no quiero mentiras.

-ya se acabo la felicidad de mi llegada? –bromee risueña, todavía con una sonrisa en la cara- bueno, la verdad quería venir a visitarte hermano, que no puedo venir a verte yo alguna ves?-sabia que no era toda la verdad, pero por lo menos no era una mentira.

-Claro que... puedes venir... -le hice saber, aunque no era mi respuesta mas sincera.

Yo prefería que se mantuviera los mas lejos pisbinle de ese lugar, no quería que alguien mas de mi familia supiera de este encuentro, si se enteraban todo iría mal, no temía a mi castigo pero si temía por lo que le hicieran a ella, le miré directamente a los ojos.

-Solo eso?-pregunté arqueando una ceja

Ella me sonrió y asintió, para Sophie era como un divertido juego, para mi era solo un motivo mas de preocupación, coloqué mis manos sobre sus hombros, viendole inquisitivamente en busca de una verdadera respuesta, mantuvo una de sus típicas sonrisas llenas de inocencia, suspiré nervioso; odiaba hacer aquello y mas usarlo en su contra, concentré toda mi atención en ella mientras mi cabeza se llenaba de imagenes, sucesos, alegrías, tristezas, recuerdos... todo y entonces vi sus intenciones tratando de ser ocultadas y enterradas en lo mas profundo, al siguiente momento todo se volvió oscuro... me había bloqueado, pero yo sabía ahora porque estaba allí, abrí mucho los ojos y me aferré mas fuerte a sus hombros.

-No-sentencié sin vacilar-no lo harás, no te quedarás en Los Angeles... ¿Porque lo haces? ¿Tu padre y tu madre saben que estas aqui? ¿quien te ha enviado?...

Ahora me sentía casi furioso.

Suspiré con desesperación, ella sabía como convencerme siempre, lo estaba logrando de nuevo, pero yo no podía poner en riesgo su vida solo por mis intereses personales, la quería demasiado, y deseaba tanto tenerla a mi lado, pero por el hecho de que la quería mucho debía irse.

La expresión de Sophie cambió junto con la mía, la alegría se había evaporado rapidamente, y la tensión cubrió por completo el claro, no me gustaba herirla, ni mucho menos alejarla de mi, siempre había visto horrorizado el hecho de que ella en algún momento me temiera y se alejara de mi.

Solté sus hombros y me recargué de nuevo en el tronco del árbol mas cercano, cerré los ojos, no quería que se tornaran de rojo, odiaba eso... pero a veces era innevitable, apreté mis puños y abrí los ojos mirándola directamente a ella, los suyos, de ángel relucían verdes, como dos esmeraldas.

-No quiero que te quedes aquí...-sentencié rotundamente utilizando la voz mas fría que pude- Sophie... no creo eso de que simplemente quieras estar cerca de mi... a veces eres tan graciosa-solté una sonora carcajada en son de burla-Llamaré a tu madre y le diré la verdad...

Me dolía ser así con ella, mis palabras salían como si fueran sinceras y con la intención que aparentaban, pero era por su bien, nada mas por eso. Metí la mano en mi bolsillo y saqué un pequeño movil plateado.

mi madre... ¿había dicho que me extrañaba? yo no sabía que pensar, hacía mucho tiempo no tenía contacto con esa mujer, apenas recordaba su apariencia, y eso era porque sophie se le parecía mucho. Miré atentamente a mi hermana, percibía su tristiza y eso me hizo sentir demasiado culpable, todo lo que quería era que estubiera bien, solo eso.

Cerré de nuevo los ojos, tenía tan poca fuerza contra Sophie, me hacía sentir la necesidad de darle todo lo que quería, el tacto de sus manos había sido tan cálido y suave... el movil tembló en las mías, lo cerré de golpe y lo volví a guardar.

-Bien... tu ganas-la verdad ambos ganábamos- te quedarás... con la condición de que por ningun motivo te acerques a la mansión... y si por alguna razón te encuentras con Valerie me lo harás saber y no la enfrentarás...

Me acerqué a ella, tomé su rostro con mis manos, y lo alcé para que pudiera verme, mi estómago se encogio cuando vi una lágrima resbalando por su mejilla, se la limpié delicadamente y luego intenté sonreír.

-Vamos pequeña, no llores... sabes porque lo hago... no quise comportarme asi contigo, es solo, que a veces... no me puedo controlar... entonces... ¿te quedaras?

Una pequeña sonrisa se formo en mi rostro. Mire a mi hermano y sus intentos por sonreír y de pronto no entendí a mi padre, quien podría no querer a alguien tan dulce como Engel? Dulce a su manera, claro esta, por que yo había visto como trataba a otras personas y, su mirada glacial y su porte indiferente y arrogante no causaban la mejor de las impresiones.



-Por supuesto que me quedo… eso si, me tienes que ayudar a encontrar un lugar para quedarme- tome sus manos con las mías y con otra sonrisa las apreté un poco mas contra mis mejillas- no sabes lo feliz que me hace estar aquí…



Solté sus manos y me pose a su lado sin decir otra palabra. Nos sentamos en el césped bajo la sombra del árbol donde hace unos minutos se recostaba Engel y contemplamos la naturaleza. El sonido producido por el viento al correr a través de los árboles era muy relajante y pude notar como los músculos de mi hermano se relajaban solo un poco mas.



Estar así era perfecto. El día era hermoso y tenia por delante una estadía en Los Ángeles que prometía muchas cosas. Mire a mi hermano y sentí repentinas ganas de reír. No es que mi hermanos fuera divertido, tuviera algo en la cara o algo así, solo que el sentimiento de felicidad dentro de mi era tan grande que no pude evitar demostrarlo de la mas infantil de las maneras.

Le lancé una ligera sonrisa, debia admitir que extrañaba sus demostraciones infantiles, sus risas y sus aspectos mas locos; ahora la tendría muy cerca, pero no podia dejar de preocuparme por Valerie, ella odiaba tanto a mi hermana como yo odiaba al resto de los angeles, yo estaba conciente de que tarde o temprano se daria cuenta y era casi inevitable que pudiera hacer algo.

-Yo... tambien estoy feliz, sophie... aunque no lo parezaca, sabes lo que me preocupa; Te qeudaras en un departamento que tengo cerca de la playa... y tendras que ir al instituto donde es muy probable que te encuentres con Valerie por lo que te pido que tengas cuidado, de todas maneras estare vigilandola de cerca...

Saque de nuevo mi movil y se lo lance, ella lo atrapo sin dificultad aunque mirandome dudosa.

-Con eso nos mantendremos en contacto... ire por ti todas las mañanas y te regresare de vuelta a casa, te compraria un auto pero aun no tienes la edad para conducir y no puedes aparecerte, me he dado cuenta que este lugar esta lleno de todo tipo de criaturas, alguien podria sentir tu precencia o un humano podria verte. Ahora creo que sera mejor que te lleve a "casa"