El chico nuevo

Era hora libre, el profesor de Cálculo no se había presentado; el instituto permanecía casi completamente en silencio, todos los demás grupos tenían sus respectivas clases; aún seguía confundida por la llegada de aquel misterioso chico nuevo, al verlo me sentí saliendo de un sueño, al encontrar su fría mirada fue como si el tiempo se hubiera detenido, al sentir el tacto de su piel los escalofríos y los nervios afloraron cada centímetro en mi cuerpo. Su hermoso rostro, era tan perfecto. Caminé entre los pasillos buscando una salida hacia los jardines, allí dentro me sentía ahogada, desde aquella mañana tenía la extraña sensación de estar siendo vigilada, pero eso era realmente absurdo, nadie con un zano juicio y un buen sentido común se detendría a perder un poco de su tiempo en mirar a Annette Crawforth, tan común y corriente, con una vida aparentemente simple y normal; salí desesperada, como si estuviera huyendo de algo o de alguien. Tiré mi mochila al suelo en una de las banquetas bajo un árbol, me senté a lado de mi bolsa y saqué mi carpeta, donde se encontraba el dibujo que había hecho en mi clase de historia, detuve mi mirada en cada uno de sus detalles, tenía la sensación de estarme volviendo loca.

Después de la tediosa clase de historia (en la cual no había permanecido mas de quince minutos), el encuentro con la desquisiada esa y una gran avalancha de miradas y comentarios acerca de mi, me dirigí a mi siguiente clase, subí las escaleras del edificio donde se encontraba mi aula, el profesor aún no llegaba y no deseaba entrar allí dentro para que otro grupo de humanos se acercaran a mi ofreciéndome sus falsas muestras de bondad; me recargué en el barandal del pasillo, desde allí tenía una gran vista de toda la escuela, busqué con la mirada a la humana loca que se había atrevido a dirigirse a mi de aquella manera tan humillante, si tan solo supiera con quien estaba hablando no se atrevería a llamarme así, aunque aún no lograba entender porque cuando nuestras miradas se cruzaban durante una fracción de segundo, sentía algo extraño recorrerme de pies a cabeza.

Entonces la vi, estaba allá abajo, acompañada de otro chico, seguro su pareja, se abrazaban de esa forma tan patetica, mostrando ante los demás lo que sentian el uno por el otro, como si a alguien mas le importara, ella sonreía de estar a su lado, una sonrisa falsa e hipocrita, pensé; empezaron a caminar hacia otro edificio, pronto los perdí de vista, ella era algo extraño, y tuve la necesidad de saber mas sobre ella. Bajé apresuradamente antes de que cualquier docente subiera, como si necesitara esa clase.
Se escuchó un timbre y el bullicio se dispersó lentamente mientras yo me quedaba allí, me senté en una de las bancas, esperando algo, cualquier cosa, cinco minutos despues un grupo de alumnos bajó de aquel edificio, entre ellos venía esa chica, me escondí cuando pasaron a mi lado, ella se alejó de sus compañeros y tomó su propio camino, la seguí, caminaba rápido casi corría. Salió hacia los jardines, la observé desde la puerta, se sentó en el suelo y luego sacó una carpeta la cual veía como si fuera un gran tesoro digno de ser admirado, decidí aparecer encaminandome hacia ella.

-Hola-le dije sin ninguna muestra de expresión, solo un saludo carente de todo entusiasmo, ni siquiera sabía ahora porque la había seguido.

No había escuchado pasos algunos, su voz aterciopelada y distante era inconfundible, cerré de golpe mi carpeta, esperando que no hubiera visto nada, me volví hacia él intentando ocultar mi expresión de sorpresa con una que demostrara lo desagradable que era su prescencia en ese momento.

Miré hacia arriba para observarlo mejor, ver su perfecto rostro no era nada desagradable, era todo lo contrario, pero no alimentaría su ego demostrando lo que realmente pasaba conmigo cada vez que mi mirada se enontraba con la suya.

-Hola-le correspondí indiferente- ¿se te ofrece algo, Jackocbsob?

Torcí mis labios y bufé, la tranquilidad de aquel lugar se había esfumado con su llegada, giré mi cabeza hacia el lado contrario, esperando su respuesta sin placer de escucharla, solo quería que se fuera, si volvería con su actitud altiva y egocentrica no necesitaba su compañía.

Ella era la humana mas extraña que había conocido, una humana diferente a todos los demás, estaba acostumbrado a que todos me viera de una forma inferior, normalmente los humanos a pesar de la atracción por la que se veían provocados tenían la sensación correcta de que en cierta forma yo era peligroso, querían estar cerca pero se alejaban de mi lo mas que podían, era algo que formaba parte de su naturaleza, esta chica, en cambio, era diferente, quería alejarse por desagrado no por instinto, tal vez ella no funcionaba como los demás, tal vez ella era lo que yo estaba buscando y sin darme cuenta lo había encontrado, si, ella era mi objetivo no cabía duda de ello, practicamente lo supe desde que entré en aquel salón de clases, sintiendo esa extraña fuerza que despedía. Tenía que actuar y tenía que hacerlo ahora.

Me miró con sus intensos ojos azules, expresaban la dureza por fuera escondiendo su dulzura interna, no era la humana mas bella, pero era la mas especial, escuchaba el latir de su corazón, suave como una musica coordinada y respiraba el aroma de su perfume que inundaba el ambiete a causa del viento que acariciaba sus cabellos castaños.

-Solo... daba un paseo-contesté acercándome a ella, mi voz por un segundo abandonó la frialdad, me recuperé de inmediato y me volví a tornar serio e indiferente- Y vaya sopresa me llevo al encontrar a la loca desquisiada que le grita al primero que se le para enfrente... eres muy extraña... eres muy rara...

No tenía idea de que decirle, solo solté lo que pensaba sobre ella, si era extraña pero especial... degraciadamente especial, me senté en el suelo, casi a su lado, esperando que me abofeteara o me empezara a gritar de nuevo.

(off: Engel ... piensas escribir una novela? escribes demasiado!!! )

Sentí el momento cuando se sentó a mi lado y un escalofrío me recorrió, cuando me di cuenta se hallaba sentado en el suelo, tan cerca de mi, mi corazón se aceleró, pero ignoré mis reacciónes, era solo otra persona mas, solo uno mas en el mundo, de que le servía ser tan perfecto, tan bello si su corazón estaba podrido por dentro.

Esperé que terminara de hablar, sus palabras eran desprecupadas, como si simplemente hablara sobre cualquier cosa cotidiana.

- ¡Pues no me hubiera comportado así si tu no fueras... un idiota! -le grité ofendida- y si soy rara o extraña... es mi problema no el de los demás, así que si solo vienes para decirme eso... vete al infierno.

Tomé mis cosas y me puse de pie, ya tenía suficiente con que todo el resto del mundo me llamara rara y ahora venía él, tan arrogante y altivo a decirme aquello; apreté mis labios, no supe que tenían sus palabras que parecían haberme dolido. empecé en dirección contraria por la que el había venido.

Bufé exasperado, ahora me sentía como un estúpido poco caballeroso, lo menos que quería era que se alejara, necesitaba tenerla mas cerca que nunca para vigilarla y confirmar mis sopechas, las cuales era 99% seguras, yo nunca me equivocaba, y sabía que ahora tampoco lo hacía, ella era lo que yo buscaba. Me levanté con la rapidez mas poco adecuada; la seguí para alcanzarla.

-Espera

Me ignoró y siguió su camino como si mi voz solo hubiera sido el viento siseando, nadie me ignoraba, menos una humana como ella; la alcancé y la tomé del brazo con mas fuerza de la necesaria.

-no me ignores de esa manera-le espeté molesto.

La giré hacia mi bruscamente, su rostro pareció soprendido y asustado a la vez; yo era demasiado fuerte para ella, entonces perdió el equilibrio y calló al suelo. Genial... ahora yo era el loco...

No sabía si estar asustada, avergonzada o enfadada; todo había pasado tan rápido que no lo vi venir, en un segundo iba caminando decidida a ignorar a Engel Jackocbsob y al siguiente me encontraba en el suelo viendolo desde allí abajo, su expresión dejó de ser la fría de antes, ahora el parecía aterrado por lo que había hecho y preocupado tal vez, eso no podía afirmarlo; estaba completamente loco, simplemente me daba pánico permanecer mas a solas con él.

Confundida aún me incorporé sentándome y mirando hacia todos lados esperando que alguno de los prefectos o profesores pasara, no había nadie, el pasillo estaba desierto. Se agachó hacia mi en un intento de ayudar a levantarme, tomó mi brazo y yo me solté de inmediato.

-¡Sueltame! -le grité, mi voz no se escuchó firme, temblaba a causa del miedo que me provocaba- No te me acerques... yo puedo sola.

Se soltó bruscamente, ahora le provocaba miedo, había cometido una tontería, esa no era la manera en que yo deseaba llevar las cosas a cabo, había sido estúpido e irresponsable, me acerqué mas a ella, quería reparar mi error, pero ella no me lo permitría tan facilmente, tenía un orgullo tan grande como el mío.

-A... n... Crawforth-me corregí inmediatamente- Lo siento... enserio... no era mi intención lastimarte...-le extendí de nuevo mi mano

Las palabras salieron forzosamente de mi boca, pedir disculpas por mis actos no era una costumbre ni un placer, ella volteaba mi vida de cabeza, me hacía hacer cosas que no había hecho con ningun otro humano en mas de un siglo. Fingió no prestar atención a lo que había dicho, e intentó levantarse sola dejándome con la mano extendida, era demasiado terca y me trataba con su igual, pagaría por ello, respiré hondo y lamentando lo que iba a hacer cerré mis ojos y los volví a abrir inmediatamente de nuevo; soltó un ligero grito de dolor y se ladeó a un lado, volvería a caer, entonces reaccioné inmediatamente y la sostuve de la cintura, sonriendo satisfecho para mi mismo.

-No, no puedes, sola- le dije cinicamente en tono burlón

Rápidamente la tomé entre mis brazos y la cargué.

[¬¬ que demonios me has hecho? eres un tramposo!!!]


Me cargó entre sus brazos con suma facilidad, como si de un papel se tratase; abrí los ojos asombrada, no lo creí capaz de hacer eso, cada vez me confundía mas, primero estaba enojado, luego sarcástico, despues me lanzaba al suelo y por ultimo era amable y caballeroso, me sorprendía su actitud, pero eso no indicaba que yo fuera amable con él.

-Bájame!-le exigí mientras le golpeaba como podía, pero no parecía sentir nada

Empezó a caminar, ahora no sabía a donde me llevaba y dudaba que conociera la escuela.

-Te digo que me bajes!!! ¡¿a donde me llevas?!

Empezó a golpearme y a gritar, era demasiado dramática; esperaba que nadie pudiera escucharla, por ese lugar no se encontraban salones de clase, estaba seguro pues no podía escuchar nada a los alrededores, mas que los gritos frentéticos de ella, el movimiento de las hojas de los árboles contra el viento y el pillar de los pajarillos.

-No lo se... ¿a la enfermería?

La verdad no tenía idea de a donde llevarla, no sabía donde se encontraba la enfermería y dudaba que ella me lo dijera, no parecía ser que la enfermería le gustara mucho, cuando lo menioné se quedó en silencio y su semblante cambió; me detuve y me di la vuelta de nuevo, entonces empecé a caminar rápido hacia el aparcamiento esperando que nadie nos viera salir, ella parecía confundida cada vez mas, por fin había dejado de gritar y permanecía seria e inmovil, al parecer se había dado cuenta que no podría contra mi.

-Enserio... hacerte daño no era mi intención- mentí de forma inocente, a veces tener un lado ángel era eficiente aunque molesto- creo... que empezamos mal... las cosas no tiene porque ser así, Anne

Tenía que ganar de nuevo su confianza, si la tenía cerca cumplir mi misión sería mas fácil, de lo contrario acercarme a ella después resultaría caótico.

[jaja no es trampa... solo mantengo cerca mis intereses ]

Enfermería? no, yo no quería ir a la enfermería, odiaba los hospitales y todo tipo de cosas que se le relacionaran, me había cansado de golpearlo y de gritarle, al final no me haría caso y haría conmigo lo que le viniera en gana; avanzó con sus graciles pasos soportando mi peso con facilidad; tomó otra dirección, no me llevaba a la enfermería, tal como había imaginado, no sabía cual era el camino; me quedé en silencio con la vista clavada en cualquier punto sin ver nada en especial, perdida, recreando en mi mente todas las imagenes desde el momento en que se había cruzado en mi camino, comenzando por ese dibujo maldito... su belleza me poseía de manera incontrolable aunque quisiera ocultarlo.

Pronunció mi nombre de pronto. Anne... solo así me llamaban mis amigos, nadie mas, ni mi propia familia, estaba a punto de abrir la boca y reprocharle, pero se escuchaba tan bien viniendo de él, saliendo de sus labios y pronunciado con esa voz de ángel. No respondí, preferí seguir perdiéndome, en la nada, yo no quería estar allí... no con él, me inspiraba miedo y extrañas sensaciones las cuales no alcanzaba a asimiliar al mismo tiempo, sus ojos penetrantes me helaban la sangre, él era como una extraña criatura la cual yo no comprendía.

[Continúa en "el coche de engel", tu creas el post]