Buscando algo de comer a media noche

Giré por centécima vez en mi cama, no podía dormir, no deseaba dormir en aquel momento, el sueño era solo una necesidad humana o una forma de perder el tiempo cuando no había nada que hacer, en ese momento no tenía mucho que hacer, tampoco sentía el cansancio, no lo conocía, me mantuve acostado boca arriba con los brazos detras de mi nuca y mirando el dosel de mi cama.

Me levanté de un salto, necesitaba hacer algo para pasar el tiempo; miré los videojuegos, ya habían perdido su sentido después de haberlos pasado cada uno como mínimo 10 veces, abrí la ventana dejando que el aire frío pasara y golpeara de lleno en mi pecho desnudo, subí al alfeicer de la ventana y me paré, podría ir a hacerle una visita de cortesía a Crawforth, la humana desquisiada y extraña que conocí en el instituto, entrar y jugar en sus sueños, negué con la cabeza, no tenía mucho sentido.

Bajé y volví a cerrar los ventanales, entonces sentí algo raro en mi estómago, comida, necesitaba comida.
Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina asegurándome de hacer el menor ruido posible; cuando llegué empecé a buscar algo para comer, rebusqué en una alacena y encontré una barra de chocolate, la abrí y me senté en la barra que se encontraba allí...

Hubiera preferido que se mantuviera en silencio, había sentido su prescencia pero ignorarla era mas sencillo, no solía prestarle importancia a quien no la merecía, sonreí frivolamente sin volverme hacia mi hermana, estaba casi completamente seguro de lo que estaba pensando, su cabeza siempre estaba llena de las mismas tonterías y de los mismos juegos contra los humanos.

-Sabes, Valerie que no nececito ojos para verte ni oidos para escucharte-respondí sin perder la calma y dando otro mordisco a la barra de chocolate.- Además, se supone que somos aliados, no enemigos... estamos unidos bajo el mismo juego y no tenemos mas remedio que soportarnos; cuando realmente seamos enemigos... no te daras cuenta.

-Yo no tengo bondad-le corté furioso-y si quieres considerarme enemigo, me da igual... no moriré de tristeza por ello... tu tampoco eres mi hermana favorita.

Me pasé la mano por el cabello y me reí socarronamente, saqué otra barra de chocolate y le di un mordisco.

-Sabes... me das... risa; eres tan patetica... quieres ser malvada, pero simplemente no lo logras, que seas demonio no significa que realmente seas malvada... solo eres... patetica... imitas los actos de nuestro padre

Gruñí mientras la fulminaba con la mirda.

-Yo no me encariño con ningún humano, jamás lo he hecho, para mi son solo miserable basura utilizada para nuestra diversión... no tengo porque darte a ti explicaciones... -me quedé de nuevo en silencio, tenía razón en algo, me relacionaba con los ángeles, pero esa no era culpa mía, tragué saliva, yo no deseaba ser lo que era, pero no tenía otra opción.- Respecto a Sophie... son cosas que no te incumben te lo he mencionado miles de veces... Odio a los blancos tanto como tu, solo con esa excepción...

- ¡Oh, que tierno! -Puse un muy falso tono dulce y empalagoso- Una excepción en los blancos... ¿Cómo sabes entonces, que pronto no podria haber una excepción también en los humanos? ¿Algun mejor amigo mortal... una chica? -Lo mire divertida

Me levanté de un salto y me puse frente a ella, mirándola a los ojos directamente.

-No se que hayas visto y como lo hayas interpretado; no me das explicaciones de tus trabajos, no tienes porque asi que yo no te daré sobre el mio... solo no te metas.... no son tus asuntos- le adverti apretando los dientes y luego me rei ironicamente- yo no voy por todos los pasillos del instituto atrayendo a los chicos humanos y pensando... tu sabes que...

- Bien... entonces que no te sorprenda si yo curioseo en la tuya-le dije sin darle demasiada importancia y luego sonrei maliciosamente-seria tragico si algo le sucede a corcopio... tuvo una desagrable vida plena.

Me di la vuelta ocultando mi propia risa dispuesto a irme a otro lugar donde ella no estuviera, sabia que aquello haria enfurecer a mi hermana.

Escuché lo que había dicho entre murmullos y después solte una carcajada.

-Hay hermanita... sueles ser tan infantil y... estupida- me gire de nuevo hacia ella- para empezar... Eris no es minino sino minina y no temo por lo que pretendas hacerle... despues de tantos años me he dado cuenta que simplemente no pudes con una pequeña gatita-volvi a reir en su cara, burlandome de su incompetencia- ademas, Eris es mucho mas agil e inteligente que tu perezoso y bobo puma.

Tome otra barra de chocolate, la desenvolví y arrugué el papel en mi mano, despues se lo lance a mi hermana dandole en la frente.

-Ups... crei que eras la basura.