El auto de Engel.

Siguió en silencio, ni siquiera había respondido a mi pregunta, su mirada se había perdido en la lejanía junto con su alma y presencia, parecía estar en una especia de shook o trance, me preguntaba si era el efecto que yo causaba en ella; con cualquier humano era diferente.

Salimos hacia el exterior y la llevé hacia el aparcamiento, estaba nublado y aún caía esa ligera llovisna, me apresuré a llegar a mi auto, saqué las llaves y presioné uno de los botones del pequeño control y la puerta del Lamborghini se abrió automaticamente hacia arriba, la coloqué sobre el asiento trasero y me pasé al asiento del piloto, dejando la puerta abierta para que el aire entrara fresco, esperando que ese color extraño en su cara desapareciera... Yo no le había hecho eso... lo pensé mas no lo hice...

-Em... debo preguntar ¿como estas?... ¿vas a morir?

Me recargué sobre el asiento, solo una persona com él tendría un auto tan genial, respiré hodo, había tendio la sensación de que la respiracón me faltaba, ¿que había hecho él en mi?... cerré los ojos un minuto, necitaba ordenar mis ideas. De pronto el ya no parecía tan malo, ahora... sonreía, aun mantenía ese aspecto frío, pero podría serle natural, era el ser mas extraño que yo había conocido, siempre hay cosas nuevas que aprender.

Antes de que pudiera seguir pensando en idioteces formuló un par de preguntas, utilizando su odiosa voz celestial, egocentrica, sarcástica y... ¿preocupada?

-Estoy bien... y para tu desgracia... no moriré hoy

Eché un vistazo alrededor, evitando verle, pero cuando ya había posado mi vista tres veces en cada uno de los detalles mas importantes de su flamante auto ya no podía evitarlo; lo miré, estaba asomado por el asiento delantero, tenia una actitud como si algo en la situacion le pareciera divertido, pero era inecesario molestalo.

- ¿Porque me has traido aqui? ¿Me puedo ir ya?

Su actitud aun no había cambiado, me concentré en ella, deseaba saber que pensaba me concentré en ella sosteniendole la mirada; solo podía apreciar un vacíon oscuro, nada mas, era de esperarse.

- ¿Porque estas siempre a la defensiva? -le pregunté seriamente mirándola a los ojos, eran tan azules... -Tampoco soy tan inhumano como para desearte la muerte-mentí ocultándome con una ligera sonrisa- Y no opino no mismo que tu respecto a si estas bien...

Me levanté de mi asiento y me pasé a la parte trasera colocándome a su lado, y poniendo su pierna derecha sobre mi regazo.

- ¿Donde te duele?

Le saqué la zapatilla a pesar de sus esfuerzos por querer alejarse y salir del auto, me miró confusa, rodé los ojos exasperado.

-Mientras mas rápido me respondas, mas rápido te dejaré ir.

Me crucé de brazos, retenía todos mis intentos de salir de su coche; a pesar de la frecura del clima matutino y nublado de aquella mañana sentía demasiado calor y un sudor invisible recorriendo mi cuerpo, me ponía nerviosa. Puso mi pierna derecha sobre su regazo y me quito la zapatilla, de pronto parecía adoptar la posicion de un padre consolando a su pequeña hija despues de haber caido y raspado sus rodillas contra el pavimento, sentí el suave y delicado tacto de sus manos. Su expresión se mantenía seria, serena sin rastros de tensión ni diversión y fue entonces cuando decidí tomarlo enserio.

- Creo que me torcí el tobillo- murmuré en voz muy baja, y dudaba si me había escuchado.

Se mantuvo aún en silenci y levantó su vista hacia mi, examinando mi rostro, sus claros ojos grises se mantuvieron clavados en los míos como si buscara algo en su interior, pero su rostro reflejaba fijamente la desesperanza de no poder encontrar aquello que añoraba.

-¿sucede algo? -inquiri curiosa sin dejar de verle tampoco

Baje la mirada al mismo tiempo que negaba con la cabeza, me preguntaba si realmente era ella la chica que yo estaba buscando, aquella desafortunada semi-humana que debía morir a mis manos, no quería equivocarme, auque de igual forma no me importaría, no sería la primera y ultima humana que asesinaba, una voz en mi interior me decia que la dejara ir, que no era el momento adecuado, suspiré, yo ya no quería esperar mas, podía ser tan simple y sencillo dejarla inconciente en ese momento, ella era debil yo no; la llevaria a casa y terminaria con todo.

Mi corazon latia con fuerza y sentia la excitacion tan solo de pensar lo que me esperaba despues, esbocé una sonrisa truinfante la cual se desvanecio de pronto, sus ojos me miraban antentos, llenos de curiosidad, su mirda tenia algo que me atraia.

-Deja de verme de esa manera-le reproché molesto

Mis manos se acercaron a su tobillo, suspiré... viviria un tiempo mas, fingí dar un suave masaje pero en lugar de eso simplemente deje salir ese estupido aunque eficiente poder de angel, curar heridas.

-No te miro de ninguna manera-le respondí agachando la vista hacia mi regazo.

Senti como la sangre subia a mis mejillas, me habia sonrojado, si lo estaba viendo, estudiando minuciosamente su rostro y perdiendome en su mirada penetrante, el debia estar conciente de que su aspecto era algo digno de admirarse y en cierta forma yo sabía que le agradara que lo vieran, lo había visto regodeandose por la explanada mientras se dirigia a su clase posterior a la de historia, a la cual apenas recordaba no habia entrado. Segui con la mirada fija en mi regazo, sus palabras me habian hecho sentir algo extraño, tal vez era vergüenza y ahora no me atrevia a levantar la mirda.

Sus manos se volvieron cálidas masajeando mi tobillo, sentía de pronto un ligero dolor como si agujas pincharan en ciertos puntos y poco a poco el dolo desaparecio siendo sutituido por una calida sensacion de alivio, suspiré me habia sentido tan bien, pero no entendia que había hecho, todo dolor se habia ido por la nada, simplemente asi.

- ¿Como... como lo has... hecho? -le pregunté titubeando- ¿que... eres?

Arqueé una ceja ante su curiosa pregunta, era mas inteligente, desconfiada y persuasiva de lo que había pensado y si me descudaba un poco podria descubrir lo que yo era y seria el final de mi juego de ajedrez donde yo iba ganando por el momento.

-¿Que soy?-pregunté con naturalidad fingiendo enfado- tengo cara de fenómeno o algo por el estilo... -rodé mis ojos y la volvi a mirar fijamente.

La chica mantenia la vista clavada en su regazo, deseando voltear a verme, alcé una de mis manos hacia su rostro, tome su barbilla e hice que me mirara, esbocé una ligera sonrisa, intentado que pareciera calida, todo su cuerpo temblaba ligeramente y alcanzaba a escuchar los rapidos latidos de su corazon, por un momento no me pude concentrar, me acerque mas a su rostro quedando a un palmo tan solamente.

-Solo soy Engel Jackocbsob... simplemente eso...-murmure suavemente, acaricie su rostro delicadamente con uno de mis dedos-aceptas mi propuesta de empezar de nuevo y olvidar lo que ha sucedido antes?

Mi respiracion se volvio entrecortada, podia percibir su delicioso aroma, su aliento suave y elocuente; lo tenia muy cerca y entonces me imagine que rompia el pequeño espacio que quedaba entre nosotros y mis labios tocaban los suyos perfectos irrumpiendo placidamente en su boca... un beso...

Sus delgados y finos dedos pasaban por mi rostro dejando una sensacion extraña marcada en mis mejillas las cuales sentía que ardian en aquel preciso instante, su perfección y hermosura a tan corta distancia, a nada de su alcance me estaban enloqueciendo y mi concentracion se perdia entre una nubosidad de nerviosismo, cerré los ojos dispuesta a hacer lo que en mi cabeza aun se tornaba de colores rosas y celestes...

-"no lo hagas, controlate"-me dijo una voz conciente en mi cabeza

Trague saliva y mordi mis labios; alcé una mano temblorosa hacia enfrente y toqué su pecho, sintiendo un delicado calor emanar de él, lo empujé hacia atrás sin intentar parecer dura o frivola.

-Esta... bien... lo que tu... digas-pronuncie casi entre jadeos.

De pronto pude entrar en su mente, sus sentidos se habian sencibilizado, y sus pensamientos fueron claros... un beso... sentí el ligero palpitar de mi corazón tal vez deaseando aquello, por un momento entendia los impulsos de Valerie.

Me empujó con una fuerza debil, caracteristica de cualquier chica humana, me alejé por mi propia voluntad y de nuevo todo en su mente se volvia oscuro, tenía deseos de divertirme con ella como no lo hacía desde hace mucho, pero su forma de ser no se comparaba en nada con la de cualquier chica demonio, tenía tanta fuerza de voluntad ante mis intentos de seducción, probablemente su naturaleza o simplemente su caracter fuerte, no lo sabia.

-Gracias-me limite a responderle aclarandome la garganta y manteniendome lejos de ella.

Queria hacer que los deseos de saltarle encima y besarle apasinadamente hasta que nuestras respiraciones estuvieran al limite desaparecieran, el calor de mi cuerpo estaba en su limite, me pase una mano por el cabello y sali por la otra puerta, el aire me golpeo fresco y eso se sintio bien comparado con el calor que se respiraba dentro; rodee el auto y apareci por el otro lado, hice el asiento delantero hacia delnate y deje que bajara por su propio pie.

-Mejor volvemos... la siguiente clase pronto va a empezar- mi voz se escucho esta vez controlada, de nuevo fria y distante.