Regresando a Clases

Había decidido inscribirme para el último curso en el instituto, la vida en California no era tan movida como yo lo hubiese deseado, y en el apartamento la claustrofobia se adueñaba de mí.
Sería la primera vez que tendría contacto con tantos humanos a la vez. Estaba algo nerviosa. Llegué y no habían demasiadas personas cerca, así que me tomé mi tiempo para bajarme del auto y caminar hacia el edificio donde tendría mi primera clase. Conforme andaba por el pasillo prácticamente desolado noté que no estaba sola.

Me detuve en seco al estrellarme con esos ojos color oro que me estudiaban mi rostro dede el fondo del pasillo. Avancé unos pasos más hacia el jóven, manteniendo el rostro bajo, intimidada por su mirada. Levanté la cabeza para responder con timidez al saludo apenas audíble. Saqué una mano de mi chaqueta negra y cuando estuve lo suficientemente cerca la extendí. -Hola- contesté timidamente, aún incapaz de verlo directo a los ojos.

Me estremecí un poco al tocar su piel helada y bastante dura, debo decirlo.
Encogí rápidamente el brazo para esconder de nuevo mi mano en el bollsillo de la chaqueta. Levanté un poco la vista, sólo para darme cuenta de que sus ojos etaban directamente frente a mí, sin embargo no creí que fuese prudente bajar mi rostro de nuevo.
Me sorprendió un poco el modo en el que hablaba, una jerga que tya no se le escuchaba a muchos chicos por California - Ehmm es un gusto, Denisse Doucet_-Dije con uno de los peores intentos de sonrisa del mundo -Y tu eres??..- Pregunté intentando parecer natural

Finalmente había quitado sus ojos de mi rostro, relaje un poco los hombros, algo poco común en mí, mi naturaleza nerviosa hacía que todo el tiempo estuviese a la defensiva, pero estando en el amplio corredor no sentía mayor presión.
Sonreí un poco, esta vez sin esforzarme tanto - eehm sí, llegué hace poco a los ángeles y cursaré aquí el último año- dije con un tono menos tosco que antes.
- supongo que tengo que encontrar algún voluntario que me guíe aquí- dije, examinando su rostro, aprovechando que ya no me estaba mirando a la cara.

Sonreí ante su propuesta. _Ok eso estaría genial- dije mientras me acomodaba mi morral en el hombro con una mano. No estaba nerviosa, y eso no era normal en mí cuando estaba conociendo a una persona, aún así no le presté atención. Intenté empinarme n poco para ver alguna reaccíon de aversión ahacia mí en su rostro, ninguna. Comencé a dar pasos lentos delante de él. Y dime, llevas mcho en los ángeles?- pregunté en voz baja.

Casí me sorprendió oirlo repentinamente tan cerca de mí. Lo miré atentamente mientras hablaba. No me había fijado bien pero el chico estaba realmente pálido. Arrugué un poco las cejas mientras lo observaba, pero parecía realmente saludable. Miré al frente cuando noté q me miraba, sonreí un poco -Bueno...- vacilé ante pregunta, -Emm no lo recuerdo- dije mientras sonreía y ponía mi morral entre mis manos, comencé a buscar entre los papeles -si, aquí está... - sonreía mientras desdoblaba la pequeña hoja -Jumm sabes donde está el salón de historia del arte?- Pregunté mirándolo por encima de la hoja.

Doblé de nuevo el papel y lo guarde en el morral. -Muchas gracias-, dije sonriendo, ésta vez un poco más natural. -Pero iré en un momento- dije mientras miraba a mi alrededor. _aquí esta un poco solo para mi gusto- añadí, aún sonriendo.

Historia del arte... interesante.. arquitectura griega, escultura? bah había templos con mi rostro tallado, como sea..
-Ehmmm supongo que ya estás más acostumbrado al sol de california, no?- pregunté curiosa, ni siquiera los nerds y rechazados eran tan pálidos, y el chico que estaba al frente mio definitivamente no parecía ser muy nerd que digamos...

Dejé salir una sonrisa mucho más sincera al ver que él no estaba tan incómodo a mi lado como los demás humanos solían estar, y la verdad eso me relajaba bastante, aparentemente la práctica me hacía mejorar en mis intentos por mezclarme con la gente.
- Bueno la verdad el sol no es algo que me incomode mucho-. dije mirando hacia abajo -Pero créeme que una vez que te acostumbras no resulta ser tan malo- dije levantando una ceja.
-y ehmmm de donde vienes?- pregunté mientras agarraba desinteresadamente mi cabello, como lo hacía la gente que solía sentarme por horas a estudiar, entre más natural me viera, mejor creo..

Me quedé un momento mirando sus movimientos, era tan normal, pero a la vez tan... unico. Al pensar eso solté una risita tonta, por qué no podía haber más humanos como el por las calles?
-Forks...- repetí lentamente -hummmm washington, definitivamente he estado cerca- dije sonriendo -es un pueblo no muy lejos de Seattle no?... viví un tiempo allá- añadí sonriendo, cuando tienes para tí todo el tiempo del mundo, qué mejor que explorar?
En ese momento me dí cuenta que no dejaba de observarlo, así que volví mi rostro al frente rápidamente, lo último que quería ahcer era espantarlo

Me detuve en seco, tenía mis ojos abiertos como platos, mis labios formaban una línea delgada, estaba completamente seria y mirando a la nada. No sabía si fuese correcto hablar francamente ó inventar una historia, lo que no se me daba nada bien. Esa era la principal razon por la que detestaba relacionarme con los humanos y su curiosidad, a menos que...
-Claro- dije lentamente y observándolo de forma acusadora - solo que... podrías darme la mano un segundo- Pregunté con un tono de voz algo serio, pero procurando parecer amable y no preocupada.

Aún no estaba segura de lo que iba hacer, y de como reacconaría el chico. No quería quedar como una maniática y tener que mudarme a otro estado o continente. Solté mi morral y lo dejé en el suelo, di un paso hacia adelante, para alcanzar su pálida mano extendida hacia mí. Con mi mano derecha encerré con fuerza su dedo medio por un momento. -Genial- lo miré mientras sonreía satisfactoriamente, me alejé de nuevo y levanté mi morral.

-Okay- dije incapaz de contener mi sonrisa -No me incomodaría contarte sobre mi pasado, si tu me cuentas sobre el tuyo, si entiendes a lo que me refiero.

Puse mis ojos en blanco, mientras sonreía, ésta vez con un aire triunfante. Mis pasos parecían ahora más ritmicos, como si estuviese danzando por ahi, todas mis sospechas habían sido aclaradas.
-Bueno podría decirse que se con exactitud qué eres y yo andaria feliz por la vida, encambio tu te quedarás con la incertidumbre de saber quien soy- Sabía que lo que decía carecía de sentido, probablemente le importaría un sorbete, pero me daba igual.

-Bah no es tan grave, romper las reglas no es algo que yo haga todos los dias, pero es divertido- Hable en voz baja. La vida en california se hacía cada vez mas divertida con el tiempo.
-De veras no te parece justo un mano a mano? pregunté mirandolo sobre mi himbro.