Habitación de Angela

Está es la habitación de Angela, ella es una chica ordenada, a la izquierda tiene un balcón y a la derecha esta el baño y el armario.

Subí las escaleras de la casa lentamente, sabía que tenía un visitante esperandome en mi habitación. Sonreí, la verdad no esperaba verlo tan pronto. Me alegre un poco y llegué a la puerta. Abrí lentamente y sonreí al verlo recostado en mi cama.

-Bienvenido Edward.- dije acercandome lentamente hasta él.

Me senté a su lado y antes de que pudiera decirme algo le dí un beso de bienvenida en la frente.

-Asi que un ángel decide visitarme.- reí. -Enserio me veo de la clase de chica que se mete en problemas? Temes tanto por mí que vienes? Como sea me alegro.-

-Tambien me agrada estar contigo.- dije sonriendo ante sus palabras.

Me alegraba verlo ahí, había sido tan poco tiempo desde que nos habiamos despedido, pero ya extrañaba su presencia, sus ojos dorados y su linda sonrisa. Me reí al escuchar su pregunta.

-Pues hay dos razones.- dije mirandolo. -La primera es, y creo que tu lo sabes muy bien, hay que aparentar. No quiero que sospechen que no soy una humana. Y la segunda es que cuando nosotros los ángeles estamos bajo muchas preocupaciones y cosas asi, tendemos a necesitar descansar.-

Me recosté a su lado y quede viendo al techo de mi habitación.

-Además es un buen lugar para fantasear y pensar.-

-Cuando dije preocupaciones me refieria a que, en mi caso, me preocupo sobre mi misión.- dije mirandolo. -Somos complicados.-

Estabamos recostados, libres de todo lo que ocurría a nuestro alrededor. Libres para poder distraernos un rato. Sonreí, Edward no era ningun problema para mi. Era más la puerta hacia mi libertad y felicidad.

-Eres mi mayor problema ahora.- dije riendo. -No se como aguantaré estar tan lejos de ti, cuando decidas marcharte.-

Por ahora mi mente se enfocaba en eso. Qué haría cuando Edward tuviera que marcharse? Adoraba tenerle ahí, la separación seria dura. Nunca le habia tomado tanto cariño a alguien en tan poco tiempo.

Reí. -Si fuera en este momento, me iría contigo ahora. Sin dudarlo.- dije dulcemente. -Pero creo que aún falta para eso, asi que no vale la pena preocuparnos ahora.-

Era la verdad, por que arruinar estos momentos que teniamos de pasar juntos. Cuadno llegará ese momento nos encargaríamos de la situación. Sonreí, debia pensar positivamente.

-Tienes planes para el anochecer? Te dije que quiero secuestrarte y hoy en la noche sería una ocasión perfecta.- dije tratando de no pensar en mi idea para que no se enterará de lo que planeaba.

Una sonrisa traviesa se poso en mi rostro y lo oobserve detenidamente para ver que expresión pondría.

Noté su intriga y sonreí. Esperaba que fuera una ocasión especial, algo que nunca olvidará. De nuevo deje de pensar en eso y me enfoqué en su mirada.

-Muy bien, te prometo que no mataremos a nadie como diversión. Debemos portarnos bien.- dije bromeando un poco. -Alguna vez te dije que bellos ojos tienes? Pues si no lo hice, ya lo sabes.-

Medité un poco lo que acababa de decirle. No solo sus ojos eran hermosos, Edward era un ser perfecto.

-Dejame corregir, eres exquisitamente fascinante.- dije sonriendo y tomando una de sus manos entre las mías.

Me reí un poco cuando dijo que lo apenaría, no pude más que tratar de imaginar como se vería si pudiera sonrojarse. Debería verse muy lindo. Sonreí antes mis pensamientos.

-Un vampiro encantador, sonrojado por mi. Quien diria que tengo tanto poder. Solo digo la verdad.-

Permanecimos tomados de la mano mientras Edward buscaba en su mente palabras para describirme, sonreí cuando dudaba un poco para escoger los mejores terminos.

-Pues muchas gracias.- dije sonrojandome. -Tu si has logrado hacer sonrojar a un ángel. Te digo que me acostumbraré tanto a estos momentos.-

Sonreí, no me importaba convertirme en una adicta sin control. Me hacia sentir bien estar con Edward. Algo inexplicable.

-Nos volveremos adictos. En mi caso no me importaría en lo más mínimo.- dije viendo de nuevo sus ojos dorados. -Sería una sana adicción.-

O al menos eso creía. Era fácil que nos entendieramos por nuestros dones. Edward leía mi mente y yo la suya, no había donde ocultarse.

-Y bien mi ángel... Qué te apetece hacer mientras esperamos la noche?- pregunté.

No me molestaría que nos quedaramos asi charlando en esa posición, pero quería saber que opinaba. Sostuve su mano con delicadeza y dulzura y luego me acomode de tal modo que pudiera verlo.

-Tienes toda la razón. Es hora del tour entonces.- dije sonriendo. -Te advierto una cosa, esta casa esta llena de huespedes, no nos gusta dejar a alguien dormir por ahí... Asi que traemos gente aqui.-

Me senté en la cama sin soltar su mano. Estabamos en el piso de arriba y en si no había mucho por recorrer. Lo primero serían las habitaciones y luego el piso de abajo.

-Si pudieras comer, te cocinaría algo.- reí. -Pero bueno creo que eso no se podrá. Estas listo?- pregunté. -Ya has visto mi habitación, a mi derecha esta el baño y el armario. Puedes pillar si quieres, pero dudo que encuentres algo más que ropa.-

Me paré pero permanecí frente a la cama, mientras Edward se disponia a pillar en mi ropero. Reí ante su comentario. Claro, donde más crees que estaría. Pensé sabiendo que leería mi mente.

-No solo la ropa interior, también mis vestido y todo lo de vestir.- dije después de un rato.

Camine hasta detenerme justo debajo del marco de la puerta y me recargue en este. Cuando lo desees, te enseñaré en resto. Sonreí.

No iba a revisar su ropero ya que no me gustaba ser entrometido con más cosas. Con las mentes tenia suficiente ya. Sonreí debido a la broma. Aunque pensé en algo.
Seria lindo verte con algún vestido de gala puesto.
Observe el camino que trazo con elegantes y sensuales pasos. Se colocó debajo del marco de la puerta y la seguí.

-Estoy listo. Ansío conocer la residencia por completo.-

Sonreí. -Ya me pondré un vestido elegante en otra ocasión, lo prometo.-

Una vez que estuvo a mi lado salí de mi cuarto. Y a mi derecha estaba el cuarto de mi hermana.

-Este es el cuarto de Violet, pero ella no está. Como siempre debe estar haciendo travesuras por ahí.- le dije abriendo la puerta para que pudiera hechar un vistazo. -Muy colorido, ella decoro su habitación. Aunque dice que tal vez se ve muy extravagante.-

Espere un momento y cuando terminó, señales los cuartos de huespedes. Uno de Anne y el otro de una chica que no tenía el gusto de conocer. No te enserño los cuartos por que estan ahí. Es todo lo interesante del piso de arriba.

-Si hablas de los pasillos y el piso de abajo si. Fueron obra mía, no muy colorido pero me agrada.- dije viendole a los ojos. -El piso de abajo es más interesante, te lo aseguro.-

Comenzé a caminar rumbo a las escaleras, seguida por Edward. Qué te gustaría ver primero? La Alberca o el interior? Sin duda su mansión era mucho más grande y debería estar exquisitamente bien amueblada y arreglada.

-Algun día me harás de guía en tu hogar eh?- dije sonriendo.

-Bien, vamos. Y no soy tan increíble... Me adulas demasiado.- dije bajando las escaleras y girando a mi derecha a la puerta más cercana, el estudio. -Este es el pequeño estudio. La verdad soy la que más pasa tiempo aqui, viendo los casos que tengo que resolver, etc.-

Abrí la puerta y los dos entramos al lugar. No era un lugar muy pequeño y era cierto que solo yo lo usaba continuamente.

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OFF: Puedes segur en el estudio si lo deseas ^^