La dirección

Sentí su corazón acelerarse mientras me respondía, pude sentir la lágrima bajando por su rostro, mi oído sintió como de deslizaba lentamente por su mejillla, intuí que era un tema doloroso para ella.

- Disculpa-. Dije sin voltearme siquiera a mirarla, no quería incomodarla más-. No sabía que tocaba un tema doloroso-. Dije con resolución-. Si quieres podemos pasar a los baños antes de ir al salón, de todas formas ya estamos atrasados ambos, no creo que Rodgers te deje entrar a su clase y no tengo deseos de entrar a Biología por hoy-. Dije mientras hacía girar mis cuadernos sobre mi dedo índice esperando su respuesta.

- Hace algunos años que vivo en Estados Unidos-. Dije volviendo a mirar al frente-. Pero vivo en L.A desde el año pasado-. respondí-. No tienes acento inglés-. Le dije intentando hablar de algo menos relevante-. Es curioso...

Me quedé estático, no esperaba esa reacción de su parte, mantuve los brazos en el aire unos segundos y luego los bajé lentamente hasta posarlos en sus hombros para tranquilizarla, la separé de mi para poder observarla a los ojos.

- Tú no estás para asistir a ninguna clase en ese estado-. Le dije mirandola seriamente-. Será mejor que nos quedemos esta hora afuera, de todas formas ya estoy atrasado y no me dejaran ingresar a mi próxima clase.

Caminé sin quitar la mano de su hombro mas cercano a mi, y la conduje sin decirle nada hacia los baños de chicas.

- Te hará bien refrescarte-. Le dije intentando sonar amable, la verdad es que no era muy dado en ser gentil con la gente, pero tampoco era tan insensible como para no ayudar a alguien que se encontraba en el estado en que estaba ella.

Moví los hombros con indiferencia, restándole importancia al hecho.

- Vamos, ya que estamos haciendo novillos no es conveniente que nos vean por los pasillos-.Dije mientras volví a posar una mano sobre el hombro que estaba más cercano a mi-. ¿Estás mejor?-. Le pregunte antes de avanzar. Senti su corazon aun latiendo desbocadamente, y podía ver como los lagrimales de sus ojos presionaban por abandonar más lágrimas, eso me exasperó un poco, aunque no lo demostré, la verdad es que me incomodaba ver llorar a otros, quizás porque yo estaba imposibilitado de hacerlo.