Paseo entre las sombras

(Cassandra Ainsworth)
Estaba en casa, aburrido y sin nada que hacer mas que disfrutar de el continuo silencio de mi hogar, cuando decidí dar un paseo. Me subí a mi auto y manejé hasta las afueras...Y luego de un rato encontré un bosque...Parecía perfecto para cazar. Después de todo hacía tres días que no me había alimentado y mis pupilas empezaban a tornarse negras como el carbón. Supuse que allí habría unos cuantos animales.
Porque claro, hacía ya 50 años que yo había dejado de matar humanos; me juré a mi mismo no pobrar la sangre de aquellos mortales nunca mas...Mi única opción eran los animales.
Bajé de mi auto, dejandolo a un costado de la carretera, y me encaminé hacia el bosque. Dí una larga caminata, hasta que encontré lo que buscaba, una manada de ciervos distraidos.
Me acerqué a ellos con gran cautela, y cuando decidí era el momento, me avalancé sobre uno de ellos y le clavé mis afilados colmillos en el cuello. Luego de alimentarme de este y un par mas de ciervos decidí que ya era suficiente, y me acosté en el frio pasto, mientras miraba a las estrellas.

El bosque se estaba haciendo uno de mis lugares predilectos para pasear sin tener que ocultar mi verdadera naturaleza, ahí solo estaba rodeada de animales y flores, ellos no huirían ante la mi presencia, aun los animales saben distinguir el ligero halo angelical que rodea a los de mi raza.

Camine un poco para estirar las piernas y disfrutar del paisaje a mí alrededor, cuando sentí una presencia fuerte, pero era totalmente desconocida para mí, nunca había estado cerca de alguien con ese tipo de energía.

La curiosidad, mi eterna dominante me obligo a cambiar mis pasos en dirección a la fuente que emanaba esa extraña fuerza.
La noche estaba preciosa, las estrellas brillaban como nunca, mi mirada estaba perdida en ellas hasta que sentí mas cerca de aquel ser que me mantenía intrigada; era un chico, recostado sobre el césped, perdido en su propio mundo, tal como yo hacia apenas unos segundos antes.

Me acerque despacio, pero haciéndome notar, el pasto y algunas hojas secas crujían bajo mis pies, provocando el ruido suficiente como para llamar su atención.

-Hola, son lindas cierto? –pregunte dirigiendo mi mirada de nueva cuenta hacia las estrellas.

Sonreí levemente, había algo en el un tanto intimidante y a la vez atrayente… era como ver un ángel, pero sin alas, realmente era extraño, tenia la forma de un humano pero podía jurar que no lo era.

Escondí mis alas alterando la realidad, supuse que no se sentiría cómodo en la presencia de un ser tan extraño como yo, al menos los humanos se sentían…. “intimidados” pensé divertida, ya que nunca me había tocado estar del otro lado del juego, ser la cohibida y no la causante.

-También me guían cuando me siento perdida –me acerque un par de pasos mas y lo mire a los ojos intentado descubrir que había oculto detrás de esa voz melodiosa y esa sonrisa seductora.

-Así que sales a pasear por las noches a los bosques?? Esperas a que aparezca una indefensa niña con una cesta para su abuelita? –reprimí mi sonrisa, estaba siendo extraña de nuevo, pero era algo inevitable en mi, buscar respuestas y si no las obtenía inventar algunas para satisfacer mi curiosidad.

Algo extraño le sucedía al mundo, había llegado a esa conclusión después de revisar los hechos mas recientes de mi pasado, en los últimos 2 días había conocido a un ángel caído, una Arpía y un vampiro.

Intente desaturdirme por la saturación de información sacudiendo insistentemente mi cabeza, definitivamente algo raro estaba ocurriendo, o es que de repente conocería a todas las criaturas mitológicas del mundo?

Repase sus palabras en mi cabeza intentando comprenderlas una por una hasta que de golpe entendí todo, abrí los ojos desmesuradamente mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro, me acerque un poco mas y repetí su forma de mirarme, estudiándolo, ahora era su turno de sentirse observado.

-Oh, wow…. De verdad tienes colmillos?? –me sentía como una niña a la que le explican que 1 + 1 siempre sumaran 2.
Retrocedí un poco aminorando mi excesivo entusiasmo, el había asesinado lo que yo buscaba proteger… o al menos eso era lo que había logrado comprender en medio del caos que era mi mente en ese momento.

-Que quieres decir con que cambiaste?? –lo mire desconcertada y confundida pero con un atisbo de diversión, el era como yo… lo regia su curiosidad.

Sopese sus palabras seriamente unos minutos, de cierto modo el no estaba dañando a los humanos que tanto me empeñaba en salvaguardar, pero estaba tomando las vidas de los pobres e indefensos animales. “es como los humanos, lo hace para sobrevivir” pensé antes de darme cuenta que en cierto modo estaba buscando una forma de disculpar su comportamiento, mi naturaleza bondadosa estaba aflorando.

-No, un monstruo no –negué rotundamente con la cabeza, no era eso lo que me había llamado la atención en primer lugar, no veía nada totalmente siniestro en el, al contrario el brillo en sus ojos indicaba luz y un deje de tristeza… un tanto oculta por un halo de misterio.

-Creo mas bien que eres diferente, quiero decir nunca había conocido a alguien como tu, hasta hace algunos minutos creía que eras un mito mas que va de boca en boca, y te aseguro que si no sintiera la emanación proveniente de tu cuerpo diferente a la que sentiría de un humano, jamás te creería. –intente explicarme de manera entendible, pero estaba acostumbrada a dar muchas vueltas sobre el mismo tema sin decir nada sobresaliente.

De pronto recordé algo y avance el espacio que había retrocedido inmediatamente movida por la cortesía.
-Soy una maleducada, debes disculpar mis modales… Mi nombre es Cassie –mi voz había recuperado ese tono alegre y despreocupado que siempre me acompañaba, el no parecía peligroso, al menos no para mi.

Note un poco de tristeza muy bien disimulada tras su sonrisa, eso no estaba bien… nadie debería sentir eso, era una de las emociones mas horribles que existían entre los humanos… entre nosotros ese sentimiento era borrado de nuestros corazones al ser creados, para después implantar apenas un eco del mismo, si un ángel sufriera de tristeza real moriría.

El no era humano pero según lo que tenia entendido de las leyendas lo había sido antes de convertirse en un “caminante de la noche” como los libros llamaban a los de su raza. En cierto modo era real, al parecer a Nolan le gustaban las estrellas.

-Tu nombre es lindo, nunca lo había escuchado –sonreí de nuevo, quería contagiarle un poco de mi superficial alegría. Hubiera deseado poder compartirle la alegría real, pero desde mi encuentro con Edrea mi mundo había colapsado notablemente, trayéndose abajo mis esperanzas.

-Si, me llamo Cassandra, pero si osas llamarme así; dejare caer sobre ti la furia de los ángeles y te perseguiré hasta el ultimo rincón del mundo –intentaba sonar malvada pero de un intento no pasaba, al contrario sonaba como si estuviera bromeando con el.

Sentí su mirada sobre mí, era realmente intenso… pero en cierto modo estaba acostumbrada a que me miraran aunque no de manera tan insistente y estremecedora, respondí a su sonrisa con otra similar, aunque la mía no representaba misterio o seducción si no paz en su mas puro estado.

-Si y desearas esconderte bajo una piedra, deberías temerme puedo ser realmente peligrosa, no te confíes de las alas y la sonrisa angelical. –sonreí de nuevo intentando poner un toque de maldad fría y calculada como Edrea había hecho antes, pero supuse que no había salido como yo esperaba, el no lucia nada atemorizado.

-Interesante?? Wow, esta es la primera vez que dicen que mi presencia es interesante –ignore deliberadamente su intento de seducción, el no era humano pero era algo muy similar a ellos.
El avanzo un paso más y yo me mantuve quieta en mi lugar analizando meticulosamente su expresión corporal.

Estaba un tanto confundida, su reacción había cambiado en cuestión de segundos, de querer seducirme a solo intentar ser cordial, eso si que era interesante, supuse que el había notado mi renuencia para establecer un vinculo mas allá de las palabras.

-Enigmática, lo dudo realmente… la mayoría puede ver a través de mi como si de cristal se tratara, no me digas que los vampiros no pueden hacerlo –eso me descoloco por completo, seria en extremo raro que se diferenciaran tanto de los humanos. Iba a cuestionar eso, pero pegunto el primero.

-Tengo una misión, se supone que debo encontrar a una chica y guiarla a la luz, para poder ganarme de nuevo la entrada al Cielo –pare en seco mis palabras, había hablado de más, pero no había podido detenerme antes.
Entonces hice lo mejor que podía hacer, evadir mis palabras. Mire las estrellas fijamente intentando perderme en ellas, pero aunque pudiera ya le había sumado otro error mas a la lista.

Sonreí de nuevo, el era bastante obstinado, quería ver algo real, yo le mostraría algo real, después de todo mis emociones estaban rayando en las humanas porque no jugar un poco con el limite, si Edrea tenia razón yo ya estaba condenada.

-Quieres realidad? Aquí esta la realidad pero no prometo que te agrade –mire de nuevo las estrellas y respire profundo infundiéndome el valor que me estaba faltando. Pero el estaba incitándome a hablar, quería escuchar mi historia lo haría.

-Soy un ángel exiliado del Cielo porque cometí un error imperdonable, me enamore… de un humano, eso esta totalmente prohibido por las leyes de los ángeles, me ordenaron alejarme de el pero fui tan egoísta que me negué a abandonarlo… -lo mire de nuevo, sentía que estaba siendo demasiado cruda, y evitaba los detalles mas dolorosos.

-El murió por mi culpa, como veras no soy un ejemplo a seguir, ni respete las reglas todo el tiempo, me rebele por amor pero puedes ver que solo me condujo a un dolor terrible, a perder al humano que jure proteger, al amor de mi vida y al exilio por tiempo indefinido de mi hogar. Condenada a vagar entre humanos sin sentir emociones terrenales, a saber que existe el cielo donde todo es perfecto y vivir en un mundo de caos y dolor –mi voz sonaba resentida, todo lo que Edrea me había dicho resonaba cada vez mas fuerte dentro de mi cabeza aunado a las palabras de Nolan llevándome a estallar de dolor.

-Como veras no soy una maquina programada, pienso y siento… pero eso no me ayudo mucho la ultima vez –guarde silencio y baje la mirada al césped, tenia que controlarme antes de romper en llanto. Seguramente eso si lo asustaria.

Sentí su abrazo, en un intento por contenerme, lo agradecía enormemente aunque no dejaba de sentirme extraña, de alguna manera los recuerdos de aquel humano se evocaban automáticamente, no sabia que hacer, necesitaba contención antes de desmoronarme pero acaso podía intervenir un ángel en la vida de un vampiro?

Su voz susurrante en mi oído diciendo palabras de agradecimiento, en cierta manera m hacía sentir mejor, al menos Nolan se había quitado de la cabeza la imagen errónea que tenia de los ángeles en general o al menos la que tenia de mi.

Aun dentro del abrazo sonreí, quería agradecerle de alguna manera por el pequeño gesto que había tenido hacia mí, recordé que le gustaban las estrellas y planee algo rápidamente. Para ese pequeño truco no necesitaba desplegar mis alas totalmente, así que altere la realidad nuevamente e hice que el Cielo estuviera increíblemente cerca, casi que se pudiera tocar.

-Gracias a ti por ayudarme, eso fue muy… humano –le hice una seña con la cabeza para que mirara lo que acababa de hacer, no era algo muy impresionante pero esperaba que le gustara.

Por un momento parecía que Nolan se había quedado sin palabras, sonreí de nuevo dejando de mis recuerdos y la razón de mi tristeza para regresar a ellos mas tarde, cuando volviera a comportarme bajo las reglas.

-Lo soy? –bromee con el para romper el repentino silencio en el que nos habíamos sumido, no era del todo incomodo pero aun así, se prestaba para jugar un poco.

-Las ilusiones no siempre son buenas, depende de quien las obtengas, por ejemplo la mía solo te dejo ver un poco de lo que te gusta; admirar las estrellas mas de cerca y me alegro de que te hiciera feliz, al menos la vitalidad y la alegría volvió a tu rostro –rompió el abrazo unos segundos después pero me desconcentro tanto que perdí el equilibrio de la alteración y la ilusión desapareció frente a nuestros ojos.

-Probablemente, pero últimamente solo logro hacer feliz a todo el mundo alterando la realidad – me alce de hombros, y recordé a Dennisse; sonriendo mientras volaba. Después de todo, las alteraciones de la realidad se estaban volviendo mi especialidad.

-Discúlpame por mi reciente estallido de emociones, es solo que de vez en cuando enloquezco y dejo salir mi lado explosivo – la sonrisa estaba de nuevo tatuada sobre mis labios, ya tendría tiempo para borrarla después.

-Y ahora, ya que te conté mi vida, serias tan amable de ponerme al tanto de la tuya, no es del todo justo que sepas todo de mi y yo de ti solo sepa el nombre –le pedí divertida.

Escuche su historia atentamente intentando comprender los detalles, realmente Nolan había tenido una vida complicada y difícil, tal vez por eso me sentía comprendida. Mi historia se quedaba corta al lado de la suya.

-Lo siento, no quería traerte malos recuerdos… pero dicen que de lo malo también se aprende –no tenia ni la mas mínima idea de que decirle, no había palabras de consuelo para una historia así.

-Esa mujer, la has vuelto a ver?? Quiero decir, tienen contacto?? –la curiosidad de nuevo estaba desbordándome, algo en el me inspiraba a querer saberlo todo, pero se había quedado en silencio.

-No te preocupes si no quieres responder no importa. –sonreí intentando darle paz a través de ese simple gesto, no era mi responsabilidad pero quería verlo sonreír de nuevo.

Lo que me contaba era horrible y desgarrado, la mujer lo había abandonado a su suerte, eso era inhumano, sonreí mentalmente… claro que era inhumano; ella era un monstruo, pero uno de los reales, ya que ninguna criatura con un poco de corazón haría una cosa como esa.
Donde habría estado el ángel de Nolan? Porque no lo habían protegido? O tal vez ya estaba escrito en su destino… pero no terminaba de comprender la razón.

-Al parecer también entre los tuyos existen seres desalmados. –ni siquiera conocía a Ebony en persona pero definitivamente no estaba, ni estaría entre mis personas favoritas.

-wow esta noche es de sorpresas -abrí los ojos desmesuradamente para darle énfasis a mi gesto- yo creía que solo los demonios estaban predispuestos a ser malvados –sonreí de nuevo – ella era la “bestia incivilizada”, no tu –repetí sus palabras, me había gustado el apodo para la desconocida de la que hablábamos.

Su mirada en ningún momento se aparto de mi, parecía que las pequeñas dosis de paz que le enviaba estaban surtiendo efecto. Lucía más tranquilo, pero sumido en un mundo al que yo no tenía acceso. Di unos pasos hasta quedar frente a el, pase mi mano frente a sus ojos una vez.

-Aun estas conmigo? –pregunte divertida, no quería interrumpir sus pensamientos, pero parecía que su mundo era realmente interesante.